No te abaniques, revisar el Aire Acondicionado algo más que confort.

¿Cuándo es preciso revisar el aire acondicionado?

Uno de los problemas más frecuentes en nuestro vehículo cuando empiezan a subir las temperaturas es que el sistema de aire acondicionado no consiga enfriar convenientemente el habitáculo. Una de la causas más frecuente por lo que esto sucede es que se haya perdido parte del gas refrigerante del circuito, aunque existen otras causas que pueden afectar a un incorrecto funcionamiento del sistema.

¿Por qué hay que recargar el Aire Acondicionado?

El circuito de aire acondicionado por el que fluye el gas refrigerante es un circuito estanco, por lo que no debiera hacer falta cargar el aire acondicionado ya que el gas refrigerante no se consume con su uso. Sin embargo, muchas veces debe reponerse el gas debido a que los coches son mecanismos sujetos a continuas vibraciones (incluso golpes), cambios bruscos de temperatura, dilataciones, vibraciones, en este circuito existen numerosas juntas que con el tiempo van disminuyendo su eficacia.

La constancia es fundamental para un buen mantenimiento

Los vehículos con un sistema de aire acondicionado deberían ser revisados al menos una vez al año por un profesional.

Cada año el sistema de climatizador puede perder hasta el 8% de su refrigerante. Además, hay piezas de desgaste por el uso que necesitan revisión. Por ejemplo, el filtro deshidratador. Este es responsable de extraer la humedad del refrigerante circulante y de reducir el desgaste mecánico. Su vida es limitada en el tiempo y cada dos años aproximadamente habría que reemplazarlo.

A principios de la primavera, antes de que haga mucho calor, es el mejor momento para revisar el aire acondicionado y todos los componentes relacionados.

Estación de reciclaje y recarga

Consejos útiles

Para evitar los olores desagradables del sistema, es recomendable apagarlo unos minutos antes de llegar al destino. De esta forma evitamos la humedad que es el ambiente preferido de las bacterias y hongos que causan los olores extraños al volver a conectarlo.

Aunque el filtro del polen parezca limpio, conviene cambiarlo cada año, pues las bacterias microscópicas anidan en él y conviene empezar de cero antes de la temporada fuerte de alergias en primavera.

También aprovechando la visita al taller aconsejamos realizar un tratamiento de desinfección del sistema de conductos y evaporador con Ozono.

Gas refrigerante para aire acondicionado: tipos

Si bien las fugas del gas refrigerante que fluye en los sistemas de aire acondicionado de los vehículos pueden deteriorar el aire acondicionado, no son el único elemento que influye en el deterioro del sistema. Una avería mecánica o eléctrica puede mermar la capacidad de climatización, o provocar que el habitáculo no se enfríe lo suficiente.

No todos los gases refrigerantes son iguales. Desde finales de los noventa se han estado utilizando gases fluorados como el R134a, con fama de muy contaminante. Supera al dióxido de carbono nada menos que 1.430 veces (según su GWP/PCA o potencial de calentamiento atmosférico).

Su contribución al cambio climático se viene advirtiendo desde 2002. Pero fue una directiva de la Unión Europea (UE) la que comenzó a vetarlo en 2006, debido precisamente a su impacto medioambiental: absorbía demasiada energía, aunque fuese poco tóxico e inflamable.

Fue entonces cuando entró en escena el conocido como R1234-YF, tetrafluoropropeno llamado a sustituir al R134a. Pese a sus debilidades -es un gas inflamable: así se acredita en sus etiquetas-, se ha impuesto como realidad en los vehículos fabricados a partir del 1 de enero de 2018, cuando entró en vigor la obligatoriedad de su utilización. Solo es compatible con sistemas de climatización diseñados para este gas.

Los talleres homologados y certificados deben de tener autorización para manipular estos tipos de gases, el 134 A es muy perjudicial para la atmosfera y el 1234 YF

Errores más habituales

PONER EL AIRE AL MÁXIMO

Encender el ventilador del aire acondicionado del coche al máximo nada más acceder al interior (y después de que el vehículo estuviese aparcado al sol durante varias horas) es uno de los errores más frecuentes que cometen muchos conductores. Antes de encender el aire a una potencia baja-media, lo conveniente es abrir las puertas del coche y bajar las ventanillas para ventilar un poco y empezar a bajar la temperatura del interior (un automóvil aparcado al sol durante horas en pleno verano puede alcanzar temperaturas de 60 grados o más).

BOTÓN DE RECIRCULACIÓN

Activar el botón de recirculación del aire acondicionado nada más acceder al vehículo lo único que puede favorecer es que los cristales se empañen por el propio cambio brusco de temperatura (entre el interior y los “grados de menos” que aporta el propio aire).

Según la DGT y según los técnicos de Seat, lo más recomendable es mantener seleccionada la opción Auto del sistema del aire acondicionado, ya que permite que «el flujo del aire se autorregule, sea más homogéneo y se haga un uso más eficiente».

NO ACTIVAR EL AIRE

No activar el aire en ciertos momentos del día en verano porque “hace fresquito” (por la mañana o durante la madrugada) es un error. Según los expertos, aunque la temperatura exterior no sea tan sofocantes, en verano siempre es conveniente activar aunque sea de forma suave el sistema del aire acondicionado del coche (se evitará que se empañe cuando se eleve la temperatura exterior).

DIFUSORES MAL ORIENTADOS

La mayoría de las veces no es una cuestión de temperatura, sino de la dirección en la que circula el aire dentro del habitáculo. Para conseguir un reparto adecuado del aire, desde el Centro Técnico de Seat se indica que «los difusores tienen que estar enfocados hacia arriba, no hacia la cara«. Con este gesto se consigue que el aire se reparta por todo el coche y llegue a todos los pasajeros de forma uniforme.

MAL MANTENIMIENTO DEL SISTEMA DEL AIRE ACONDICIONADO

Al igual que el aceite, los neumáticos o el líquido de frenos, el sistema de climatización también necesita un mantenimiento específico. Por este motivo, según los expertos, sería conveniente realizar una carga del aire cada dos o tres años, además de cambiar los correspondientes filtros cada 15.000 o 20.000 kilómetros, según las indicaciones genéricas establecidas en los libros de mantenimiento oficiales de los distintos fabricantes de coches.

¿QUÉ IMPORTANCIA TIENEN Y CUÁNTOS FLUIDOS TIENE UN COCHE?

Caja cambios, frenos, diferencial, refrigerante… hay muchos más aparte del aceite de motor.

Uno de los principales problemas que nos encontramos en @AutomociónMiraflores es el desconocimiento de propietarios de vehículos de los líquidos y mantenimientos que conllevan estos. Por ejemplo las reductoras de los todo terrenos llevan un aceite que debe de ser sustituido cada ciertos Kms. o tiempo para evitar avería internas que no son precisamente baratas. Aunque este elemento no se utilice, el ejemplo que ponemos siempre es el mismo, una bicicleta siempre trabaja la cadena. Un piñón y un plato, pues con la reductora es lo mismo, un piñón u otro están engranados y por lo tanto necesitan un engrase perfecto.

Los cambios automáticos necesitan un mantenimiento preventivo para evitar averías graves.

Recuerda  que el libro de mantenimiento o un buen profesional siempre te asesorarán de los mantenimientos a realizar a tu coche.

Si te preguntamos por algunos líquidos que tiene un coche, seguro que lo primero que se te viene a la cabeza es el aceite del motor. Es lógico: se trata de uno de los más reconocidos y de  vital importancia. De hecho, si circularas sin lubricante, provocarías averías irreversibles en el motor del automóvil.

Prácticamente todos los conductores, en algún momento, han tenido o tendrán que rellenar el depósito de aceite de su vehículo. Ya sea un coche, un camión o cualquier otro vehículo de combustión

Sin embargo, existen otros muchos fluidos que son importantes en el vehículo y apenas hablamos de ellos. Desde el más habitual de los que rellenamos a nivel de usuario como el de lavaparabrisas hasta caja de transferencia, reductora, diferencial etc.

Pero… ¿qué importancia tiene el líquido lavaparabrisas?

Si te haces esta pregunta, es porque nunca te has visto conduciendo de noche con el parabrisas sucio y miles de reflejos que te deslumbran. Efectivamente: el fluido lavaparabrisas afecta a la seguridad del vehículo, al igual que lo hace el líquido de frenos. De hecho, se encarga de que puedas ver sin problemas al mantener el parabrisas limpio.

El líquido lavaparabrisas es una mezcla de agua y alcohol, que se añade para evitar su congelación, junto a diversos productos químicos que ayudan a limpiar, arrastrar y disolver la suciedad en el agua del producto. Puedes comprobar su nivel fácilmente en el depósito que hay bajo el capó y, si hace falta, rellenarlo.

Otro fluido cuya importancia quizá desconozcas es el aceite del cambio de marchas, que baña los engranajes necesarios para que funcione correctamente. Normalmente, si se trata de un cambio manual nunca cambiaremos este lubricante, ni tendremos que añadir producto. En cuatro palabras: nos olvidamos de él.

¿Qué ocurre si el cambio manual presenta ruidos o no entran bien las marchas? Que entonces sí que nos acordamos de que este lubricante existe. Si además somos entendidos en el tema, hablamos de la subir o bajar la SAE o añadir un aditivo. Más aún si existe una avería que obliga a cambiarlo.

Algo similar ocurre con los diferenciales. ¿Sabías que también llevan aceite? Pues sí, lo llevan, y su uso suele extenderse durante toda la vida útil del vehículo. Por eso tampoco solemos acordarnos de él.

En cuanto a los coches con cambios automáticos, más cómodos y cada vez más populares, es necesario cambiar regularmente el aceite de la caja de cambios. Se suele hacer cada 60.000 km. Aunque estas cajas nos ayudan a ahorrar combustible respecto a las manuales, lo cierto es que tienen su mantenimiento, que se debe respetar. 

Otros fluidos interesantes

El sistema de dirección del vehículo también cuenta con su fluido, cuyas características dependerán del diseño de cada automóvil. Como a veces se producen fugas, habrá que ir añadiendo líquido en caso de ser necesario y no se debe cambiar a menos que haya una avería. En este último caso, siempre se debe eliminar el fluido y no volver a utilizarlo: si lo hicieras, podrías provocar averías a causa de la presencia de pequeños trozos de metales que causarían un desgaste rápido.

Si fuera necesario cambiar el líquido de la dirección, conviene que acudas a un taller, al igual que en el caso de los aceites de la caja de cambios o el diferencial.

En cuanto al refrigerante, es un fluido que se encarga de sacar calor del motor para que las piezas se puedan mover libremente. En este caso no se trata de un aceite, sino que es una mezcla de agua con glicoles y aditivos que protegen el sistema de refrigeración.

En el caso de los refrigerantes, es importante emplear productos con un punto de congelación muy bajo (-37ºC) y con una elevada concentración de glicol (50%). Esto se debe a que los aditivos que protegen el sistema de refrigeración (radiador, camisas, bomba…) van mezclados con el glicol y cuanto mayor sea la concentración de este componente, mayor será la protección que ofrecerá el producto.

Puedes comprobar el nivel del refrigerante, al igual que el del aceite del motor o el del líquido lavaparabrisas, ya que el depósito se encuentra también bajo el capó.

En lo referente al líquido de frenos, que mencionamos al principio, recuerda que es muy importante para la seguridad del vehículo. Conviene vigilar su nivel, ya que es el que nos ayuda a controlar la velocidad del vehículo y a detenerlo por completo si es necesario. Existen distintos tipos de líquidos de frenos, de los cuales algunos son incompatibles entre sí.

Por último, nos gustaría hablarte de las baterías: las que no están selladas requieren que realicemos un nivelado para que funcionen correctamente y no se produzcan averías.

 

En todos estos casos es muy importante que utilices productos que sigan todas las indicaciones y normas que establece el fabricante del vehículo para que no se produzcan averías. Recuerda: al igual que en el caso del aceite de motor, no vale cualquier producto. Elige bien y prolongarás su vida útil, además de aumentar tu seguridad.

 

Rejillas de Parrilla Activa (Active Grille)

 

A medida que avanza el tiempo y la tecnología, el diseño de los automóviles y la mejora de la eficiencia de los mismos van haciéndose cada vez más complicada. En este sentido, las marcas de automóviles se encuentran asfixiadas por las necesidades de los consumidores, la dura competencia, y las normativas y tasas anticontaminación. Por ello, se ven obligadas a invertir millones de dólares anualmente en reducir ligeramente el consumo de sus vehículos y sus emisiones contaminantes.

En este contexto de atención máxima sobre todos y cada uno de los detalles, donde cada gota de combustible cuenta, les presento hoy un artículo sobre las rejillas de parrilla activa (AGS o Active Grille Shutter), una solución puesta en práctica por multitud de marcas como BMW, Mercedes, Rolls Royce, Mazda, Honda o Ford, entre otras.

Diseño convencional de una parrilla

Aproximadamente el 20% del aire que llega a un vehículo pasa por el motor, refrigerando el mismo y colaborando a mantener su temperatura dentro de los límites correctos. Esta entrada de aire es por tanto necesaria para el motor, pero empeora la resistencia aerodinámica del coche, incrementando de forma irremediable el consumo de combustible y por tanto las emisiones de CO2.


Sin embargo, la realidad es que en el 95% de situaciones reales de conducción, el aire que le llega al motor está totalmente sobredimensionado. Esto es debido a que en todos los coches la parrilla se diseña para proteger al motor en las situaciones más desfavorables: subida de una pendiente inclinada en un día caluroso y con el acelerador a fondo, por ejemplo.

Es por ello que la necesidad de proteger al motor en estas situaciones límites hace que el diseño del mismo se realice sacrificando aerodinámica, y por tanto eficiencia y consumo del propio vehículo.

Como sabéis, la importancia de la resistencia aerodinámica a bajas velocidades es prácticamente irrisoria, pero toma una relevancia decisiva en el consumo cuando el automóvil alcanza altas velocidades.

Cómo funciona un sistema AGS o Active Grille Shut   

Se trata de un sistema capaz de controlar la cantidad de flujo de aire que llega al radiador y al motor, dependiendo de la temperatura del mismo y de sus necesidades de refrigeración. De esta forma es posible optimizar la aerodinámica del vehículo y mejorar su resistencia al avance.

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Rejillas totalmente cerradas, resistencia al avance mínima

Cuando la temperatura del motor es moderada o baja (habitualmente inferior a 90 grados centígrados) las rejillas se encuentran cerradas. De esta el vehículo mejora su aerodinámica y reduce sus emisiones de CO2 y su consumo.

Por su parte, si la temperatura del motor comienza a subir, las rejillas se abren para dejar pasar flujo de aire hacia el interior del motor, protegiéndolo del sobrecalentamiento. Gracias a la electrónica y al uso de motores eléctricos, se permite la apertura parcial de las rejillas, ofreciendo la posibilidad de buscar puntos óptimos de las variables aerodinámica-necesidad de refrigeración.

Rejillas totalmente abiertas, necesidad de refrigeración máxima

Beneficios de la tecnología AGS

– Con el uso de esta tecnología se consiguen reducciones del coeficiente aerodinámico de hasta el 9% en los momentos de cierre completo de las rejillas.

– La reducción de la resistencia al avance puede producir mejoras del consumo del 2% en un recorrido mixto ciudad-carretera, y mucho mayores en circulación únicamente en autopista a altas velocidades respecto al uso de rejillas tradicionales (se estiman mejoras aproximadas del 4-5%).

– La reducción del consumo va ligada sin duda a reducción de las emisiones de CO2: 2 g/km aproximadamente.

– Reducción del ruido generado por el coche, debido a la mejora de su coeficiente aerodinámico. Se estiman reducciones aproximadas de 1,2 dB en las situaciones más favorables.

– Se consigue un calentamiento más rápido del motor en las situaciones de arranque en frío, debido al mantenimiento de las rejillas cerradas hasta los instantes de necesidad de refrigeración. Esta situación contribuye sin duda a llegar más rápido a los puntos de funcionamiento óptimo del motor, y por tanto a reducir las llamadas “cold start emissions”.

Invierno ¿Cómo llevamos nuestro equipaje?

Bien para escaparte a la pista de esquí, bien para hacer algo de turismo rural, cualquier excusa es buena para romper con la monotonía de la semana.

Y para que no tengas que renunciar a ninguno de tus hobbies, recordamos  las mejores opciones que tenemos para transportar nuestro equipaje.

Antes de nada: ¿no te basta con el maletero?

Es el primer recurso. Es el espacio propio del interior del coche dedicado para el transporte de los objetos personales de los ocupantes. Aunque como su propio nombre indica, generalmente están diseñados para guardar maletas, y poco más. Las capacidades pueden estar entre los escasos 100 litros de un compacto urbano hasta los casi 2.000 litros de un gran monovolumen.

En muchos modelos, se pueden ganar unos cuantos litros extra abatiendo los asientos traseros. Así que si viajas solo o en pareja, comprueba que tu coche lo permite y consigue así más espacio para tus pertenencias.

Lo más básico: baca o barras de techo

A menos que dispongamos de un vehículo con un maletero realmente grande, lo más normal si practicamos deportes de invierno (u otros como el surf o el ciclismo) es que tengamos que tirar de barras de techo o bacas (éstas últimas son las tradicionales transversales). Son el elemento fundamental para utilizar otros accesorios de trasporte como portaesquíes o portabicicletas, así como si queremos llevar equipaje adicional, bien al aire o en un cofre.

Antes de adquirir cualquier tipo de barra y kit de instalación, debemos tener en cuenta qué tipo de techo tiene nuestro coche, pues dependiendo de la marca, modelo y versión podemos encontrarnos con railings, puntos de fijación, perfiles en T… Lo mejor en estos casos en consultar directamente con el vendedor.

Ten en cuenta que tanto las propias barras como por supuesto llevar equipaje en ellas afecta a la aerodinámica de nuestro coche y aumenta el consumo de combustible. Además existen unas reglas de circulación muy específicas: que los objetos vayan bien sujetos y no vayan sueltos o arrastrándose, que no sobresalgan a lo largo y a lo ancho de las dimensiones del vehículo, señalizarlo en caso contrario…

Cofres o baúles de techo

The functional roof box for all your needs.

Los más viajeros optarán por un cofre de techo, que nos podrán dar una capacidad de almacenaje extra de entre 300 y más de 600 litros y un máximo de 70 kilos, según modelo. Nuevamente lo mejor es consultar con un profesional en base a las características de nuestro vehículo y a nuestras propias necesidades, pues además podemos usar un baúl para guardar nuestros esquíes o combinarlo con otras opciones de transporte como un portabicicletas.

También podemos escoger entre cofres de lona, más fáciles de guardar pero más ruidosos, y los rígidos, más caros pero con mejor aerodinámica

Al igual que con el tema de la baca, aunque no existe en general límite de velocidad para circular con ellos, sí contamos con ciertas premisas que debemos seguir cuando viajamos con un cofre en el techo: ser prudentes con la velocidad, repartir bien el peso, anticiparte en las frenadas…

Cómo llevar nuestros esquíes y tablas de snowboard

 

Si somos practicantes habituales de deportes de invierno, lo más normal es que usemos portaesquíes para transportar nuestro equipo. Y en este caso contamos con más opciones para su transporte.

Lo más tradicional es usar un portaesquíes de techo acoplado a las barras o a la baca que ya llevamos en nuestro vehículo. Los podemos encontrar de diferentes materiales y con distintas formas de cierre, y con tamaños para tan sólo un par de esquíes o para varios pares si viajamos acompañados.

Una opción más cómoda, y preferente si no contamos con barras, son los portaesquíes magnéticos, que se acoplan directamente al techo de nuestro coche. En este caso tenemos que tener en cuenta que existen modelos con diferentes niveles de adherencia, y por tanto, con diferentes velocidades máximas recomendadas por los fabricantes (generalmente, desde 90 km/h).

También existen portaesquíes acoplables a la bola de remolque o a la rueda de repuesto trasera de los vehículos que lo monten (generalmente los 4×4 y SUV). Con ellos, podemos transportar varios pares de esquíes o tablas en posición vertical en la parte posterior de nuestro coche, por lo que el rozamiento con el aire será mucho menor y por lo tanto el consumo de combustible.

¿Y si queremos llevar nuestra bicicleta?

 

En caso de que queramos llevar con nosotros nuestra bicicleta (o incluso varias) también contamos con varias opciones. Lo más sencillo podría ser llevarla en el maletero, si contamos con uno con el espacio suficiente. Podemos elegir entre guardarla con las ruedas desmontadas o llevarlas sin desmontar abatiendo los asientos traseros, si la configuración de nuestro coche nos lo permite. En este caso, recuerda siempre llevar la bicicleta bien sujeta con cinchas, pues aunque la normativa no es clara en cuanto a sanciones, sí puede golpearnos con fuerza en caso de accidente.

Al igual que los esquíes, también podemos optar por llevar nuestra bicicleta en el techo. Existen diversos modelos de portabicicletas que se acoplan a las barras, aunque por lo general consisten en llevarlas de pie y sujetas tanto por el cuadro para que vayan bien firme, como por las ruedas para que no basculen. Por otro lado, aunque obviamente no podemos llevar una bicicleta guardada en un cofre, sí existen modelos de éstos que permiten espacio para llevar ambas cosas.

Por último, también podemos encontrar soluciones para llevar nuestra bicicleta en la parte trasera. Además de los que se acoplan a la bola del remolque o a la rueda de repuesto trasera, para aquellos vehículos que no cuentan con alguna de estas cosas también podemos contar con portabicicletas de portón que aprovechan el propio cierre de nuestro maletero. Es una de las opciones más cómodas y económicas, pero tendrás que tener en cuenta las consideraciones obvias de seguridad: no sobrepasar el ancho de nuestro vehículo, no tapar las luces ni la matrícula, etc.

La última solución: remolques

 

Es la opción más drástica, y obligatoria si realmente tenemos necesidades mayores de transporte (un animal de gran tamaño, una barca o incluso otro vehículo). Ten en cuenta que incluso con los modelos más pequeños, tipo carretilla abierta, cambian las reglas del juego totalmente, pues ya hemos pasado a dirigir un conjunto de vehículos: podremos tener que pasar la ITV, respetar una velocidad máxima de 80 km/h en autovía y 70 km/h en carreteras convencionales, e incluso obtener un permiso de conducir superior si superamos los 750 kilos de peso.

Es una opción que deberíamos evitar si podemos, aunque si realmente tenemos la necesidad de usar uno tampoco debería suponernos un mayor problema que planificarlo con mayor antelación. Una solución intermedia muy práctica es contar con un cofre trasero acoplado a la bola, que aunque más limitado de espacio, da más libertad pues no se considera remolque.

Bola extra: ¿y si tenemos mascota?

Lo primero que debemos tener claro es que nuestra mascota no es una mercancía que podemos transportar de cualquier manera, sino un miembro más de nuestra familia, con sus propias necesidades. Aunque obviamente no podemos llevarlo atado a un cinturón de seguridad sin más, como una persona adulta.

La forma de transportar un animal en nuestro coche depende principalmente de su tipología (si es un pájaro, irá obviamente en su jaula) pero también de su tamaño. De forma muy básica podemos decir que los gatos y los perros de pequeño tamaño deberán ir en un transportín, colocados en el suelo de los asientos traseros.

si nuestro can es de mayor tamaño, podemos optar por llevarlo en la parte trasera bien sujeto con arneses especiales al cinturón de seguridad; o en el maletero si éste es abierto (nunca jamás si es cerrado), separado con rejas o redes de la zona de los pasajeros y si es posible, también de las propias maletas.

En general, debemos conocer bien las reglas para viajar con nuestra mascota, pero también usar nuestro sentido común: nuestra mascota debe ir bien sujeta, pero también bien segura para que, en caso de cualquier eventualidad, sufra el menor daño posible.

Cómo poner las cadenas para la nieve

A continuación os explicamos cómo afrontar aquellas situaciones en las que la nieve nos sorprende y nos obliga a usar cadenas de nieve en nuestro coche, exponiéndonos con pasos sencillos, cómo hemos de colocarlas.

También nos recuerda que con ellas puestas no podemos superar los 50 km/h y que se han de retirar de forma inmediata cuando no hay nieve, de lo contrario, romperemos las cadenas y/o dañaremos los neumáticos.

Las cadenas de nieve nacieron hace 113 años con la finalidad de incrementar la tracción de las ruedas sobre firmes nevados o embarrados y dicho concepto no ha evolucionado con el paso de los años ya que, hoy día, seguimos usando aquéllos mismos dispositivos, junto con otros más evolucionados y cómodos de instalar como cadenas de tela y cadenas mixtas.

La colocación de las cadenas de nieve es una situación que suele producir cierto estrés al parecernos un proceso complejo que, sin embargo, no lo es tanto.

¿En qué ruedas se colocan las cadenas de nieve?

Las cadenas de nieve han de ser colocadas en las ruedas motrices de nuestro vehículo (si no sabemos cuáles son, debemos consultar el manual, allí vendrá debidamente explicado).

  • Si el coche es de tracción delantera, deberás colocarlas en las ruedas delanteras
  • Si el coche es de propulsión trasera, deberás colocarlas en las ruedas traseras
  • Si el coche dispone de tracción integral, debemos tener en cuenta que existe una amplia variedad de sistemas de tracción, por lo que lo más recomendable es consultar el manual del vehículo –donde aparece debidamente explicado– o bien ponerte en contacto con tu concesionario para que te asesoren sobre cómo proceder.

¿Cómo se colocan las cadenas de tela?

Las cadenas o fundas de tela son las más sencillas y rápidas de colocar.

Para instalar estas cadenas/fundas, tan sólo necesitas 8 minutos si sigues estos consejos:

Desenrolla las fundas de nailon, para comprobar que las montas en el sentido correcto.

  1. Coloca la funda, hazlo como si estuvieras vistiendo al neumático, para ello comenzarás por la parte superior, acoplando debidamente el tejido a la banda de rodadura y flancos del neumático, después estirarás la misma por toda la superficie de la rueda.
  2. Suelta freno, cuando hayamos completado el punto 3, soltaremos freno de mano para que avance unos centímetros, de esta manera la funda será pisada por la rueda y podrás completar el montaje de la funda de nailon, tirando de ella hasta cubrir la totalidad del neumático.
  3. Colocación concéntrica de la rueda, aunque pueda parecer que la funda no está concéntrica a la rueda, lo único que debemos hacer es iniciar la marcha para que ella sola se reajuste.

IMPORTANTE:

  • Estas cadenas/fundas de nieve deben quitarse en el preciso instante que no haya nieve, de lo contrario, en apenas 500 m de circulación sin nieve, estas se habrán roto.
  • Después de cada uso, deben ser lavadas siguiendo las indicaciones del fabricante.

¿Cómo se ponen las cadenas de nieve clásicas?

Las cadenas de nieve clásicas son las que más tiempo necesitan para ser colocadas
Para instalar estas cadenas, necesitamos alrededor de 20 minutos siguiendo estos consejos:

Su bajo precio, es de lo más atractivo, estas son las cadenas que nacieron hace 113 años y que todavía seguimos usando. El montaje resulta más complicado y engorroso respecto a las cadenas más modernas.

  1. Estirarlas sobre el suelo, de esta manera nos aseguramos que la cadena no está enrollada en cualquiera de sus tramos.
  2. Estirar el cable de acero. Esta es la parte más incómoda ya que has de estirar el cable de acero detrás de la rueda y enganchar dicho mecanismo; no podrás evitar ensuciarte las manos.
  3. Seguir estirando la cadena sobre la banda de rodadura del neumático. Una vez realizado, debes desplazar el vehículo unos centímetros para que la rueda ‘pise’ sobre los eslabones y termina de cubrir la rueda con la cadena.
  4. Enlaza los enganches con los tensores. Aunque no lo parezca, resulta intuitivo saber que va con qué, ya que, una vez que la cadena esté colocada correctamente, sólo habrá una forma de que encajen todos a la vez.
  5. Este es el aspecto de la rueda con la cadena montada, estas cadenas al contar con tensores automáticos se ajustarán a la rueda en cuanto se inicie la marcha, aunque conviene recorrer unos 25 m y bajarse del vehículo para volver a tensar, si fuera necesario, antes de continuar con la marcha.

IMPORTANTE:

  • Estas cadenas de nieve tienen el inconveniente de arañar las llantas con facilidad.

Cadenas de nieve mixtas

Las cadenas de nieve mixtas precisan de poco tiempo para ser colocadas
Para instalar estas cadenas, necesitamos alrededor de 12 minutos siguiendo estos consejos

Estas cadenas combinan la facilidad del montaje de las cadenas/fundas de nailon con la eficacia de las cadenas de nieve clásica (con eslabones).

  1. Estirar las cadenas sobre el suelo, de esta manera comprobaremos que no se ha formado nudos. Estas cadenas tienen eslabones para la banda de rodadura, la parte que viste los neumáticos son de nailon y la parte que cubre la llanta es de material textil.
  2. Coloca el aro de nailon por detrás de la rueda, una vez realizado se deberá ir extendiendo el resto de la cadena por toda la banda de rodadura del neumático.
  3. Desliza el coche unos centímetros, de esta manera la cadena se situará sobre los eslabones y permitirá que puedas terminar de estirar la cadena sobre la rueda.
  4. Si la parte textil no queda totalmente centrada, debemos circular unos metros para que se ajuste sola, una vez comprobada su debida colocación, iniciaremos la marcha.

RECUERDA:

  • Debemos retirar las cadenas cuando no haya nieve en la carretera, de lo contrario, los eslabones de estas cadenas que son especialmente agresivos con la goma del neumático, terminarán por dañarlos.

 

Los puntos obligatorios a revisar antes de afrontar un viaje en invierno

 

Los consejos de invierno para el coche se repiten año tras año, pero justamente cada año el mal tiempo del invierno saca de la carretera a muchos conductores y sus respectivos coches. Para evitar que esta época del año te pase factura, conviene recordar estos puntos de revisión que protegerán tu coche en invierno.

  1. Revisa la batería (y cámbiala si es necesario)     Con los cambios bruscos de temperatura, especialmente con el frío, la vida de la batería puede verse afectada. Más aún, con los consumidores eléctricos que montan los vehículos actuales, que prácticamente no dejan de demandar energía en ningún momento.

    Por eso es importante revisar el estado de la batería en los talleres disponemos de máquinas que no diagnostican el estado de la misma. Una batería debe de ser comprobada con herramientas especificas, puede estar bien de voltaje pero tener poco capacidad de almacenamiento, como ocurre con los móviles, por lo que dispondremos de poca potencia de arranque, además la densidad de la misma se merma mucho con temperaturas bajas.

     

     

  2. Comprueba los niveles de líquidos del coche: refrigerante, aceite, lavaparabrisas y frenos

 

Realiza estas mediciones con el motor frío y suelo llano

El líquido refrigerante tiene que estar entre las marcas de máximo y mínimo, igual que ocurre con el nivel del líquido de frenos. Si te toca rellenar líquido refrigerante, espera a que el motor esté frío. Si alguno de los dos niveles se ve demasiado bajo, no te conformes con rellenar el líquido, puesto que en principio esos niveles deberían mantenerse mínimamente estables. Además, en el caso de los frenos es recomendable sustituir el líquido y evitar así mezclas.

Para medir el nivel de aceite, extrae la varilla, límpiala con un trapo e insertala de nuevo en su orificio. Al extraerla de nuevo verás por dónde está llegando el aceite, entre las marcas de máximo y mínimo de la varilla. Si debes añadir aceite, abre el tapón y echa aceite lubricante del mismo tipo que lleva tu motor, según marque el manual de instrucciones.

En cuanto al líquido lavaparabrisas, no hay nivel que medir. Simplemente echa líquido en el depósito hasta que llegue al cuello, antes del tapón. Es más recomendable usar un lavaparabrisas comercial, basado en etilenglicol, aunque sea de marca blanca, que una simple mezcla de agua y detergente, ya que el etilenglicol es un dio que, como hace el alcohol, se evapora fácilmente al rociar el parabrisas. De esta manera no se compromete tanto la visibilidad durante la conducción como lo hace una simple base acuosa.

  1. Examina los limpiaparabrisas

Unas escobillas de limpiaparabrisas que no limpian el cristal, que hacen un ruido exagerado en mojado o que dejan cerco por donde pasan son unas escobillas que están pidiendo la jubilación a gritos. Si además presentan rotura en el filo de goma, olvídate. Cámbialas inmediatamente. Y, cuando tengas las escobillas nuevas montadas, evita usar el limpiaparabrisas en seco o cuando el cristal esté cubierto de hielo. Te durarán mucho más.

  1. Inspecciona los neumáticos

Revisar los neumáticos en invierno es vital para garantizar la adherencia del vehículo al asfalto y para evitar, en lo posible, pérdidas de control debido a un mal estado de las cubiertas. Controla en frío la presión de inflado, verifica que la profundidad del dibujo o escultura de la banda de rodadura no sea inferior a 3 milímetros (un valor de seguridad muy superior a los mínimos 1,6 milímetros exigibles por ley) y supervisa que la goma no presenta cortes o deformaciones.

Si en cualquier época del año esta es una actividad cotidiana, en invierno cobra mayor importancia, debido a las mayores exigencias a que se ven sometidos los neumáticos en la carretera.

  1. Considera comprar un juego de neumáticos de invierno o unas cadenas para la nieve

Los neumáticos de invierno no sólo son un aliado contra la nieve o el hielo, sino que incluso bajo el sol demuestran un mejor comportamiento frente a los neumáticos de verano, cuando las temperaturas son inferiores a 7 ºC.

Si no es el caso en tu zona porque las temperaturas no son tan bajas por lo general, pero igualmente vives en un lugar donde existe riesgo de nevadas aunque sea de forma esporádica considera comprar unas cadenas y aprende a montarlas de forma anticipada, sobre suelo seco y en buenas condiciones de tiempo, siguiendo las indicaciones del fabricante. En el peor de los casos, se pasarán el invierno metidas en el maletero, pero siempre a punto por si te hacen falta.

  1. Revisa el sistema de alumbrado

En cuanto a las luces del coche en invierno, vale lo dicho sobre los neumáticos. Son importantes durante todo el año, pero en invierno son cruciales ya que tenemos menos horas de luz natural, así que asegúrate de que funcionan todas.

No dudes en cambiar dos bombillas de un mismo tipo, por ejemplo las correspondientes a la luz de cruce, cuando se funda la primera. Al fin y al cabo, la misma antigüedad tiene la lámpara de la derecha que la lámpara de la izquierda. Y si tu coche es de esos que odiamos los mecánicos porque para cambiar una bombilla hay que desmontar medio coche, razón de más para que aproveches la visita a tu taller de confianza. También aprovecha el viaje al taller si por cualquier causa sospechas que los haces de luz no están correctamente alineados, y así evitarás deslumbrar a los demás, ver a menor distancia de lo que corresponde… o ambas a la vez.

  1. Comprueba el sistema de frenado

Observa la zona del depósito del líquido de frenos, así como los conductos que salen de él. Si el material está reseco, esto puede ser indicativo de que es necesario cambiarlos. Si ves líquido por debajo o en la zona de las ruedas, es posible que tu coche esté perdiendo líquido de frenos.

Tanto las pastillas como los discos de los frenos sufren desgaste con el uso. Analiza ese desgaste con la ayuda de una linterna, prestando atención a la superficie de los discos, y aprovecha para verificar que no existen desperfectos o suciedad excesiva en ellos. En caso de duda, o si notas frenadas irregulares o tactos extraños al presionar el pedal, acude al taller para que realicen una revisión completa del sistema.

  1. Revisa el botiquín

Un botiquín para coche debe contener:

  • gasas esterilizadas,
  • vendas elásticas,
  • guantes de vinilo,
  • alcohol o agua oxigenada,
  • tijeras,
  • pinzas,
  • imperdibles,
  • esparadrapo,
  • algodón y apósitos, conocidos popularmente como tiritas.

En invierno conviene llevar a bordo del coche:

Siempre debes de llevar un cargador de teléfono móvil y el depósito de combustible lo mas lleno posible.

  • rascador de hielo para el parabrisas,
  • manta térmica, útil para auxiliar heridos y por si realizas operaciones en condiciones adversas tales como montar cadenas sobre la nieve,
  • guantes de goma, por si tienes que montar cadenas o quitar nieve,
  • linterna, y pilas de repuesto o bien una linterna de dinamo.
  • agua y algún alimento energético (barritas de cereales o frutos secos).
  1. Prepara el coche para pasar la noche en la calle

Pasar el invierno en la calle es algo que no le sienta bien a nadie. Pero como no todo el mundo tiene a su disposición un lugar a cubierto donde guardar su vehículo, conviene preparar el coche para pasar la noche en la calle.

Lo que sí se recomienda es lavar el coche con mayor frecuencia en invierno, sobre todo si ha nevado y en tu municipio se ha utilizado sal para el asfalto. Por otra parte, si en tu zona hiela intenta que las escobillas no queden en contacto con el parabrisas durante la noche, por ejemplo colocando una sábana que cubra el cristal y los retrovisores, dejando por encima los limpiaparabrisas.

Evita circular con el coche  sin tener visibilidad suficiente.

Arrancar el coche en invierno un poco antes de lo normal es un remedio que quizá no sea muy ecológico, pero nos puede ayudar a mejorar la seguridad. Antes de emprender la marcha, pon en marcha el motor para que se vaya calentando y así conseguir que funcione la calefacción o el climatizador, que utilizarás para desempañar los cristales del coche.

Por otra parte, si se ha helado el parabrisas y la capa de hielo es gruesa, mientras esperas a que la calefacción haga su efecto con el desempañado de cristales puedes rociar el parabrisas por su cara exterior con simple alcohol etílico (alcohol de botiquín) y de esta manera el hielo se descongelará con mayor facilidad.

  1. Todo a punto antes de salir con frío y mal tiempo

Es importante que con mal tiempo te plantees los desplazamientos de un modo más preventivo que de costumbre. Así, se recomienda llevar el depósito de carburante lleno siempre que sea posible, ropa de abrigo preparada e incluso el cargador del móvil a punto por si surgiera cualquier imprevisto.

Presta atención a la información de carreteras que en España suministran organismos como DGT, RACC y otros a través de la radio, y planifica tus viajes dejando un mayor margen de tiempo por si sucede cualquier contingencia.

Una vez en ruta, permanece atento a la carretera y no te agobies con la hora de llegada. Mantén la tranquilidad en todo momento. Si el tiempo empeora, evita pasar puertos de montaña de noche, no improvises rutas que no conoces y no te adentres por carreteras menos transitadas, en previsión de cualquier problema que pueda surgir.

Y piensa, que lo importante es llegar.

Como conducir con nieve, hielo o lluvia en invierno

Los factores climatológicos comprometen el agarre y la estabilidad del vehículo

¿Conduce usted igual de noche que de día? ¿Cuando llueve o en un día soleado? ¿En verano o en invierno? No debería. Durante el invierno es importante recordar unas sencillas pautas de obligado cumplimiento para garantizar su seguridad y la de los que comparten la vía.

Una de las claves al volante, especialmente con mal tiempo, es la suavidad. Cuanto más fino vaya, más cómodo estarán los ocupantes, y menos riesgo de sufrir un accidente. Y es que el hielo y el agua (y el propio frío) hacen que el coche pueda resbalar y salirse de la calzada. Además, se necesitan más metros para parar el vehículo. En verano, a 120 km/h detener completamente un automóvil exige 105 metros; mientras que sobre mojado serían entorno a 150 y con nieve unos 300. Por ello compruebe siempre el estado de su coche. En esta época, sobre todo ruedas, frenos, limpiaparabrisas y luces.

Respecto a los frenos hay que tener en cuenta que no solo deben estar en condiciones adecuadas antes de iniciar la marcha. También debemos acordarnos de secarlos cada vez que pasemos por un charco o balsa de agua. Es fácil, lo habrá hecho miles de veces después de lavar el coche. Pise lenta y profundamente el pedal de freno hasta el fondo. Si lo hace durante la marcha, no olvide mirar por los espejos que no tiene ningún otro vehículo pegado y hágalo siempre con mucho cuidado. Dos o tres pequeñas frenadas le asegurarán que las pastillas se sequen, por la fricción, y recuperen todo su agarre.

Otro detalle es no accionar el pedal sobre las marcas de la carretera. Si es ciclista o motero ya le habrán dado algún disgusto. Los pasos de cebra, la propia raya de separación de los carriles son muy resbaladizos si están mojados. Evite iniciar la frenada sobre la pintura. Si no tiene ABS sea todavía más cuidadoso.

Eso sí, estas líneas son su mejor medida de seguridad con niebla. Encienda las luces antiniebla, reduzca la velocidad y úselas como referencia, tanto la del centro como la que marca el borde de la carretera.

Además de la suavidad, una máxima es la distancia. Que corra el aire. Dese margen para reaccionar. En invierno la visibilidad es menor, nubes, niebla, menos horas de luz, nieve… todo cuesta más; hasta detenerse. Así que lleve las luces de cruce encendidas todo el día. Ayude a que los demás le vean, incluso de día.

Para que sea usted el que ve bien, el truco está en mantener el parabrisas limpio. Normalmente si orienta la salida de aire acondicionado hacia la luna delantera solucionará el problema. El compresor de los climatizadores modernos les permite hacerlo con la calefacción en marcha. Sin embargo, algunos dispositivos no funcionan cuando en la calle hay menos de 4 grados así que mejor tener limpio el cristal.

La propia DGT, hace años, recomendaba frotar una patata en el vidrio para evitar que se empañara. Si quiere probarlo… También hablaba de echar refresco de cola en los limpias para que el plástico estuviera más dúctil. La botica de la abuela.

Finalmente, aunque parezca contradictorio con lo anterior, sus manos deben ser firmes. Controle el vehículo con suavidad pero agarre el volante con firmeza. Si el coche hace algo que no es lo previsto, deberá domarlo. También es recomendable, si tiene tiempo y los fondos necesarios, realizar algún curso de perfeccionamiento en condiciones extremas. Los clubes de automovilistas y algunas marcas convocan periódicamente estas jornadas. Aprender a controlar un derrape, y saber cómo mantener la calma, puede marcar una gran diferencia.

 

Revisión de Otoño

@AutomociónMiraflores aconseja verificar todos los elementos en todas las revisiones. Pero con la llegada del otoño, conviene incidir en algunos de ellos de suma importancia que se pueden haber deteriorado en los últimos meses .

– Neumáticos: su agarre es muy importante, especialmente cuando aparece la lluvia. Si la profundidad de su dibujo es menor de 3 mm., se deben cambiar. Si es inferior a 1,6 mm., es obligatorio que se sustituyan para no exponerse a un accidente y a una multa. Tampoco hay que olvidar comprobar su presión.

– Luneta térmica trasera: que no se haya utilizado desde Semana Santa no quiere decir que funcione. Hay que intentar probarla en un lugar en el que haga más frío fuera que dentro del vehículo para que se forme vaho. Si no funciona, se debe acudir al taller de confianza.

– Sistema limpiaparabrisas: siempre es importante circular con él en buen estado porque una tormenta inoportuna nos puede sorprender en cualquier momento del año. El paso del verano y los impactos con los insectos suelen hacer estragos en este elemento. En otoño es fundamental que funcione correctamente por la aparición de las lluvias. Se deber revisar el funcionamiento de las escobillas y asegurarse de que se dispone de suficiente líquido lavaparabrisas.

– Faros: las noches se alargan, los días encogen y las horas de luz disminuyen. Además, el mal tiempo afectará a nuestra visibilidad y a la del resto de usuarios de la vía. Se va a hacer un uso intensivo del sistema de alumbrado del coche en los próximos meses, así que se deben comprobar las luces de carretera, las de cruce, las de posición, las de freno, la de marcha atrás y los intermitentes. Además la incorporación desde hace unos años de los materiales plásticos a llevado a que algunos faros se deterioren de forma prematura debido a los rayos UV. Por lo que será necesario restaurarlos.

– Niveles: aceite de motor y refrigerante deben estar en buen estado y al nivel necesario. La calidad y el índice de protección  ante congelaciones suele ser el gran olvidado.

– Batería: si se observa algo sospechoso en los bornes o la batería tiene más de cinco años, conviene que pasarse por el taller de confianza para que compruebe su estado. Hoy en día las batería no avisan al conductor pero la mayoría de los talleres disponen de sistemas de comprobación muy fiables.

 

Consejos para circular con niebla

La niebla es uno de los contratiempos atmosféricos más inoportunos con los que el conductor tiene que lidiar con la llegada de las bajas temperaturas. Este fenómeno reduce la visibilidad y una mala praxis en el uso de las luces o de la señalización de nuestros movimientos pueden provocar accidentes. Además, muchos de los errores que cometemos cuando tenemos que enfrentarnos a la niebla son sancionables. Por lo que estad atentos a lo que os contamos a continuación.niebla

Aumentar la distancia de seguridad

En contra de lo que puedas pensar, circular pegado al coche de delante es peligroso en caso de niebla. Puedes pensar que así lo ves mejor y tienes un punto de referencia en mitad de la niebla, pero lo cierto es que así se aumenta el riesgo de colisión, al igual que en el día a día. Utiliza bien las luces y mantén la distancia de seguridad, ese es el mejor método para ubicarnos bien en la carretera en caso de niebla.niebla-de-la-manana-temprano-banco-paisajes-carretera-carreteras_121-62113

Utilizar las luces de cruce y de posición

¿Cuál es el error que normalmente cometemos al circular con niebla? Optar por poner las luces largas. Estas luces en contra de lo que puedas pensar, reducen la visibilidad pues se reflejan en la niebla, provocando un efecto rebote. Además, molestan a los conductores que puedan venir en sentido contrario. ¿Qué debes hacer? Es clave conocer las luces de tu coche y cuándo utilizarlas. Para empezar, hay que poner las luces de cruce y de posición, independientemente de que la niebla sea densa o no.

Las luces antiniebla han sido creadas especialmente para estas situaciones. La forma de proyectar la luz es diferente a las normales, ya que su haz de luz es ancho y plano con el objetivo de reducir al máximo la reflexión. Por ello también, se encuentran debajo de los faros o en la zona del parachoques. Mientras que la luz antiniebla delantera tiene un uso opcional, es decir, puedes usarla si lo precisas necesario, en caso de niebla, la luz antiniebla trasera solo puede utilizarse en caso de niebla densa, cuando verdaderamente nos tenemos que hacer ver. Debes mantenerte alerta, pues si molestan a otros conductores debes desconectarlas y, en caso de atasco tampoco pueden estar en funcionamiento. Su mal uso es una falta de circulación y te pueden multar por ello.A-8, AUTOVÍA DEL CANTÁBRICO. NUEVAS MEDIDAS DE SEGURIDAD.

Aumentar el nivel de alerta

La niebla nos puede sorprender haciendo la ruta de todos los días a la misma hora, aún así no dejes llevarte por la confianza y aumenta tu nivel de alerta. Aunque tú pienses que conoces bien el camino, la niebla puede dificultar el trayecto al que estas tan habituado y los peligros que puedes encontrar en un día normal pueden aumentar en el momento menos esperado. Recuerda que no es un día normal, y que no contarás con la visibilidad de un día soleado.

Adecuar la velocidad

De acuerdo a lo tratado anteriormente, no adecuar nuestra velocidad a la situación también es un peligro y una irresponsabilidad que a menudo cometemos en caso de niebla. Además, muchos conductores se desesperan cuando hay niebla, aumentando su velocidad para salir de la zona afectada por esta. Esto puede provocar muchos accidentes, ya que al no tener puntos de referencia debido a la mala visibilidad, el conductor puede ir más deprisa de lo que cree. La mejor solución es usar el acelerador con moderación y el freno siempre suave.

No te pares en el arcén

Cuando la niebla es muy densa, muchos habréis pensado en deteneros y volver a circular cuando la niebla se haya dispersado un poco. Es una decisión acertada, pero el error viene cuando optamos por pararnos en el arcén. En ese punto podemos provocar incidentes y molestar a otros conductores. Lo correcto es esperar a la siguiente estación de servicio o gasolinera.

No cambies de carrilniebla-1

A menudo cuando la visibilidad empeora optamos, sin darnos cuenta, por ocupar más espacio del debido llegando a invadir el carril de al lado. Mantente alerta y ubicado en tu carril para evitar colisiones.

A continuación os dejamos este vídeo, en el que Toyota explica de forma clara y sencilla los consejos para conducir con niebla.

Consejos para conducir en invierno

Cómo conducir seguros en invierno a través de diez consejos básicos en esta época del año, en la que se debe extremar el buen estado del vehículo, debido a la climatología adversa y la reducción de horas de luz, sin olvidar que los neumáticos son el único punto de contacto con la carretera.

1. Vigilar el estado de la calzada, ya que las duras condiciones meteorológicas dificultan la conducción, y su climatología cambiante puede acarrear diferentes peligros: aquaplaning, baja visibilidad, falta de tracción y pérdida de control.

2. Adecuar la conducción al estado de la calzada, ya que dependiendo si está seca, mojada, con nieve o hielo la distancia de frenado varía a igual velocidad.

3. Mantener siempre en carretera una distancia de seguridad mayor y siempre con las luces de posición, para aumentar la visibilidad del vehículo.problemas-conducir-noche

4. No utilizar luces largas con niebla, ya que pueden “rebotar” provocando una peor visión.

5. Con nieve, aprovechar las rodadas hechas por otros vehículos. En caso de ser demasiado profundas se deben evitar, ya que se corre el riesgo de dañar los bajos.

6. Extremar la precaución con hielo, ya que es difícil de detectar en carretera. Para ello, hay que prestar especial atención y aumentar la precaución en puentes o pasos elevados, calzadas cercanas a los ríos, túneles o zonas muy sombreadas, y en los arcenes y carriles izquierdos.

7. En las curvas, frenar y reducir la velocidad antes de comenzar a girar, ya que debido al efecto del peralte pueden aparecer también en su zona interior placas de hielo.

8. Revisar periódicamente el estado de los neumáticos. Son el único punto de contacto con la carretera y que su estado influye decisivamente sobre el comportamiento del automóvil. Presión y profundidad del dibujo son factores clave a tener en cuenta para contar con la absoluta garantía de que cumple correctamente sus funciones y mantiene perfectamente sus prestaciones.

neumaticos-invierno-59. Montar neumáticos de invierno si la temperatura de la zona suele ser inferior a 7º C.

10. Revisa el estado de batería, niveles de refrigerante, anticongelante y de limpiaparabrisas