La seguridad activa

Son los sistemas que velan por nuestra seguridad, y cada día son más, y mucho más sofisticados. Los sistemas de seguridad activa del coche son aquéllos que trabajan para reducir el riesgo de sufrir un accidente. Los frenos puede ser el más evidente de todos los sistemas de seguridad activa, y siendo sistemáticos listaríamos decenas de sistemas (con sus respectivos y múltiples nombres y denominaciones).

Vamos a centrar en los diez sistemas de seguridad activa más conocidos o habituales en los coches. Obviaremos los sistemas de serie en el coche como los frenos, la dirección o los amortiguadores y nos centraremos en los elementos que han sido diseñados para mejorar la seguridad activa.

Los neumáticos

¿No decíamos que nos centraríamos en los sistemas específicos, y no en los que se equipan como parte integral del coche? Pues precisamente por ello: los neumáticos son el principal sistema de seguridad activa porque forman el único punto de contacto entre el coche y el asfalto. Y además, evolucionan constantemente para ofrecer la mayor adherencia, la menor distancia de frenado y la mejor estabilidad en curva.

Son el sistema de seguridad activa más importante, canónico diríamos, y curiosamente es al que se le dedica menos atención. Conviene mantenerlos en el mejor estado posible, con una presión de inflado correcta, porque solo así trabajará al 100% de su capacidad.

Antibloqueo de frenos

El antibloqueo de frenos es más conocido como ABS, y su principal función es evitar que los neumáticos patinen durante una frenada fuerte. Sucede que, sin ABS, una frenada fuerte puede implicar que el coeficiente de rozamiento entre el neumático y el asfalto (o la superficie que sea) sea inferior a la adherencia máxima.

Esto quiere decir que en ocasiones ejercemos tanta fuerza sobre el sistema, que directamente el freno bloquea la rueda y el neumático deja de rodar, deslizándose sobre la calzada. Para evitarlo, el ABS detecta qué rueda está sufriendo deslizamiento y libera presión del sistema de frenos. De este modo, los neumáticos siempre están en contacto con la calzada y la eficacia de la frenada es infinitamente mejor, salvo en alguna ocasión excepcional.

Asistencia a la frenada de emergencia

El sistema de asistencia a la frenada de emergencia, o BAS, es bastante sencillo de entender. En colaboración con el ABS, el sistema detecta cuando estamos efectuando una frenada de emergencia (por la velocidad en la que soltamos el acelerador para pisar a fondo el freno, por ejemplo), y hace los cálculos necesarios para ejercer la mayor potencia de frenado posible en cada momento. Un conductor que presencie cómo en el coche de delante suyo «entra» el BAS, verá cómo los pilotos de freno se encienden intermitentemente. Ver video de caso real.

Dirección asistida

La dirección asistida es uno de esos sistemas de seguridad activa «de incógnito». Puede parecer que es un sistema que proporciona mayor comodidad al conductor, pues para maniobrar a menudo no es necesario ser el primo de Hércules, pero lo cierto es que los avances en la dirección asistida sirven, aparte de para mejorar la comodidad al volante, para proporcionar mayor seguridad y un guiado preciso a alta velocidad.

Los sistemas principales de dirección asistida son el hidráulico, el electrohidráulico y el eléctrico, aunque este último es el más extendido hoy en día.

Control de tracción

El control de tracción, o TCS, es un sistema de seguridad activa que trabaja para que los neumáticos de las ruedas motrices se mantengan en contacto con la calzada sin patinar. Esto puede ser, por ejemplo, arrancando en una pendiente deslizante o en cualquier situación en la que necesitemos tracción, pero el firme deslice. No hay que confundirlo con el control de estabilidad.

El TCS comparte sensores con el ABS, pues necesita saber el estado de cada rueda: si empieza a patinar o no. Además, es un sistema que funciona con cada rueda de forma independiente, y por decirlo de una forma sencilla, si una rueda empieza a deslizar, simplemente la frenará de alguna manera para neutralizar ese patinazo.

Control de estabilidad

El control de estabilidad trata de mantener al coche en la trayectoria correcta, actuando sobre el conjunto de las cuatro ruedas (motrices o no). Gracias a tres tipos de sensores (ángulo de dirección, velocidad de giro de cada rueda y ángulo de giro y aceleración transversal), la unidad de control del ESP comprueba los datos unas 25 veces por segundo.

 

El ESP actúa comparando la trayectoria elegida (ángulo de dirección) con la real (ángulo de giro y dirección transversal), y contrastando las dos con los datos de velocidad de giro de cada rueda. Eso da una visión muy clara de si el conductor tiene el control del coche o no, pues normalmente tanto el ángulo de dirección como el ángulo de giro deben coincidir, y las ruedas no deben de deslizar. La función del ESP es corregir cualquier irregularidad para conseguir adaptar el ángulo de giro real al deseado.

Suspensión activa

La suspensión activa se encarga de gestionar y controlar de forma independiente la amortiguación en cada una de las ruedas. El objetivo: maximizar el contacto del neumático con la calzada en cada momento, mejorando la estabilidad y la adherencia del coche, independientemente del piso. Si nos fijamos bien, la importancia de que los neumáticos estén en contacto con el suelo y no patinen es crucial, y para ello se diseñan varios de los sistemas de seguridad más conocidos.

El sistema funciona a partir de los datos recogidos por varios conjuntos de sensores (en ruedas y amortiguadores, sensores giroscópicos) y controla los amortiguadores (con sistemas neumáticos o hidráulicos en su interior), cuya función es variar la dureza del amortiguador.

Aunque hay personas que verán este sistema de seguridad como algo intrusivo con su conducción, lo cierto es que al avisador de cambio involuntario de carril es un gran avance. El sistema avisa al conductor cuando éste, de forma inadvertida, se sale de la trayectoria del carril por el que circula e invade un carril adyacente. En algunos sistemas se puede llegar a notar un movimiento en el volante que indica que nos hemos pasado de la raya (y nunca mejor dicho). Este sistema salva vidas porque previene al conductor de invadir el carril contrario en una carretera secundaria, por ejemplo, y el sistema acústico de aviso es suficiente como para poner alerta al más despistado de los conductores.

Detección y aviso de circulación en sentido contrario

En línea con el sistema anterior, el aviso de circulación en sentido contrario es bastante intuitivo. Simplemente el sistema detecta que estamos circulando por un carril de sentido prohibido. ¿Cómo lo hace? Puede ser de muchas formas, como consultando información del GPS. Sistema práctico para despistados, y que puede salvar muchas vidas en el caso de que se de algún despiste en la incorporación a alguna autovía (que, realmente, existen incorporaciones que pueden llevar a error).

Detección de ángulo muerto

Interesante sistema de seguridad el que representa la detección del ángulo muerto. Es un problema grande cuando viajamos por autovía o autopista y, ante una maniobra como por ejemplo el adelantamiento, tenemos una zona de visión hacia atrás completamente ciega. En casos muy particulares puede ser que, cuando decidimos cambiar de carril y comprobamos que «no hay nada por detrás», haya justo un vehículo cualquiera adelantándonos. En ese caso, si no disponemos de sistema de detección de ángulo muerto lo más probable es que colisionemos.

 

ESP ¿Hay que quitar el control de estabilidad en la nieve?

Una discusión típica de barra de bar, o de foro, es si es mejor dejar o quitar el control de estabilidad del vehículo cuando se conduce sobre nieve. No te vamos a hacer esperar, la respuesta es que es mejor dejarlo conectado, pues se ha diseñado especialmente para ganar seguridad en situaciones de baja adherencia.invierno

Los fabricantes instalan el control de estabilidad para ayudar a evitar las pérdidas de trayectoria, lo que ocurre cuando las ruedas pierden la adherencia con el suelo, algo que es más fácil sobre nieve o hielo. No importa si conduces en carreteras secas, mojadas, con gravilla, en curvas o rectas, en pistas sin asfaltar, en carreteras nevadas o con hielo. Si el sistema detecta una diferencia de velocidad entre las distintas ruedas del vehículo, es decir, que una de ellas o varias han perdido adherencia, el control de estabilidad actuará para corregir la trayectoria.

Funcionamiento del control de estabilidad

El control de estabilidad, que marcas como Toyota llaman VSC (Vehicle Stability Control), mide a través de sensores –también usados por el ABS y el control de tracción- la velocidad instantánea de cada rueda. Cuando todas giran al mismo ritmo el vehículo entiende que todo va bien. Si una o varias ruedas comienzan a girar a distinto ritmo que las demás el vehículo detecta que hay un deslizamiento y de qué tipo es. Instantáneamente actúa cortando la potencia del motor y aplicando freno de forma independiente en las distintas ruedas.

Unas simples microfrenadas realizadas en décimas de segundo en ruedas seleccionadas, junto al corte momentáneo de la potencia son normalmente suficientes para que el vehículo recupere la trayectoria. En la mayoría de los casos el control de estabilidad funciona tan eficazmente que el deslizamiento se detiene incluso antes de que el conductor perciba una pérdida de trayectoria.neumaticos-invierno-5

De hecho, no hay un solo conductor en el mundo capaz de superar la eficacia y sutileza de un control de estabilidad en la nieve. Como mucho, algún piloto escandinavo sabrá usar los deslizamientos sobre la nieve para mantenerse dentro de la carretera rodando a toda velocidad, pero no todos podemos apellidarnos Kankkunen o Mäkkinen. Y ni siquiera ellos pueden retener esos deslizamientos como lo consigue un control de estabilidad y la razón es simple: con el pedal de freno no se pueden frenar las ruedas de forma independiente como lo hace un control de estabilidad en décimas de segundo.

No dejes de guiar el vehículo

Es importante recordar que el control de estabilidad trata siempre de recuperar la trayectoria que marca el conductor con el volante. El control de estabilidad no es mágico y si tras un bandazo de la carrocería apuntamos con el volante hacia la cuneta o hacia el carril contrario, el control de estabilidad hará todo lo posible para dirigirnos donde le indiquemos.

No hay que asustarse, pues el funcionamiento es muy intuitivo. Como entra en funcionamiento extremadamente rápido y pronto, los deslizamientos y bandazos acaban siendo mínimos y los sustos muy pequeños. No obstante, es importante conducir por la nieve con mucha prudencia y recordar que si entra en funcionamiento el control de estabilidad no hay que dudar, sino seguir dirigiendo el vehículo con el volante donde queremos ir.

La mejor forma de reducir un deslizamiento repentino sobre la nieve y ayudar al control de estabilidad cuando entra en funcionamiento es no sobrecorregir moviendo mucho el volante. Cuanto más giro apliquemos para corregir un deslizamiento, sea sobreviraje o subviraje, más trabajo le daremos al control de estabilidad (que quiere dirigirnos donde le indiquemos, recuerda) y más tardará en conseguir recuperar la trayectoria, con lo que recorreremos más metros sobre la nieve sin control.ESP

Una forma de no sobrecorregir es mirar hacia el punto más lejano que veamos de la carretera, y en una curva hacia la salida de ésta. Pero, sin duda, lo mejor es realizar cursos de conducción segura donde enseñan a sacar el máximo provecho a las ayudas electrónicas del vehículo en situaciones de emergencia.

Cuándo quitar los controles en la nieve

Tranquilo no nos hemos olvidado, es cierto que hay situaciones en la nieve en las que hay que quitar los controles. La primera es cuando se montan cadenas en el eje motriz para avanzar por un tramo nevado o helado, pero sólo si el vehículo da muestras de funcionamiento erróneo.

Las cadenas de eslabones aumentan el diámetro de la rueda y ésta necesita menos vueltas para recorrer una distancia que las ruedas sin cadenas. Esto puede confundir al sistema que puede pensar que se está produciendo un deslizamiento, cortando la potencia del motor y aplicando freno a las ruedas. Si con las cadenas montadas no se producen funcionamientos erráticos, no es necesario desconectarlo. Por ejemplo, con las fundas para nieve no suele ser necesario.cadenas coche_0

El otro momento en el que sí se puede probar a quitar los controles de tracción y estabilidad sobre nieve es cuando con ellos conectados no se consigue superar un obstáculo, una rampa o iniciar la marcha. Si el coche no avanza con la electrónica puesta, a lo mejor dejando que las ruedas derrapen y escarben un poco se encuentra la suficiente adherencia para salir de la dificultad. La mayoría de las veces tampoco funciona, pero si se consigue, en cuanto el coche recupere la tracción y pueda circular hay que volver a conectar las ayudas.

Fuente: Motorpasión

ESP

El mejor sistema de seguridad activa de hoy en día.

Desde el próximo 1 de noviembre, todos los modelos nuevos de turismos y vehículos industriales ligeros que se comercialicen en la Unión Europea deberán incluir de fábrica el Control Electrónico de Estabilidad (ESP). La obligatoriedad de incorporar este sistema se hará extensiva también al resto de vehículos, a excepción de las motocicletas, conforme establece el Reglamento (CE) nº 661/2009.

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Mejorar la seguridad vial

Los estudios basados en investigación de accidentes de tráfico demuestran que los sistemas de control de estabilidad reducen el número de accidentes graves hasta en un 50% y evitan hasta el 80% de los accidentes por derrapaje. Y es que junto con el cinturón de seguridad, se ha convertido en uno de los sistemas de seguridad más eficaces que se han desarrollado hasta el momento.

Este sistema fue desarrollado por Bosch para afrontar la famosa prueba del Alce del Mercedes Clase A, una vez más Mercedes fue puntera como ya ocurrió con el Airbag en la implantación de sistemas de seguridad en sus vehículos.

Prueba del Alce
Prueba del Alce

El ESP permite que, tanto en carreteras rectas como en tramos con curvas cerradas, los vehículos mantengan una mayor estabilidad y eviten los tan frecuentes accidentes por derrapes. Bosch lo sabe bien, ya que ha producido 100 millones de sistemas ESP desde que en 1995 se iniciara su fabricación en serie, contribuyendo así a mejorar la seguridad vial.

Sobre la base de los múltiples ensayos realizados sobre la eficacia del sistema, «Quedó comprobado que el sistema ESP ha salvado muchas vidas en los últimos años,» indica Gerhard Steiger, presidente de la división Chassis Control Systems, de Bosch. «Asimismo, el ESP es un elemento importante que contribuye a una mayor eficacia de las funciones de asistencia y conducción automatizada”. Bosch desarrolló el sistema anti-derrape y, en 1995, fue la primera empresa del mundo que empezó su fabricación en serie.

El ESP se convertirá en un equipamiento estándar

Después del cinturón de seguridad, el ESP es el sistema de seguridad más importante en el vehículo. Los estudios han demostrado que puede prevenir hasta un 80 por ciento de todos los accidentes ocasionados por derrape. Un análisis detallado de la amplia base de datos alemana de accidentes GIDAS muestra que, sólo en el año 2011, 540 vidas pudieron ser salvadas en Alemania gracias al sistema ESP. Este año, el 60 por ciento de todos los automóviles ya equiparán este “ángel de la guarda”. Por consiguiente, cada vez más países están aprobando una legislación para incorporarlo de forma generalizada a todos los nuevos vehículos. En Europa, esto ya es obligatorio para todos los automóviles homologados desde octubre de 2011. A partir de noviembre de 2014, ya no se requiere la búsqueda del ESP en los listados de opciones, ya que será un equipamiento estándar en todos los nuevos vehículos de la UE. Hoy en día, el 78 por ciento de todos los nuevos vehículos de pasajeros y vehículos comerciales ligeros en Europa lo equipan.

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La incorporación de este sistema en todos los vehículos de hasta 4,5 toneladas ya es obligatoria en los EE.UU. Asimismo, el ESP está siendo implementado en Australia e Israel. En los próximos años, se sumarán a esta obligatoriedad del sistema, países como Japón, Corea de Sur, Rusia y Turquía. El 55 por ciento de todos los vehículos de pasajeros y vehículos comerciales ligeros en todo el mundo están actualmente equipados con ESP, e incluso en China, casi uno de cada cuatro nuevos automóviles lo incorporan. Un vistazo a las cifras de producción refleja la creciente popularidad de este sistema de seguridad.

Desde el inicio de la producción en serie de sistemas ESP en 1995, hasta 2010, Bosch ha fabricado un total de 50 millones de estos dispositivos. Y en tan sólo cuatro años este número se ha duplicado. «Desde el año 2010, hemos fabricado más sistemas ESP anualmente en todo el mundo que del veterano sistema antibloqueo de frenos ABS», afirma Steiger. Las plantas de producción de esta tecnología se encuentran ubicadas actualmente en Alemania, Francia, EE.UU., Japón, China, India y Brasil.

Sistema modular que satisface todos los requisitos

Desde el inicio de la producción, Bosch ha estado desarrollado paso a paso este sistema de seguridad activa y lo ha ido completando con nuevas funciones. El primer prototipo pesaba 4,3 kg, mientras que la nueva generación 9, que en su versión básica apenas pesa 1,6kg, es significativamente más ligera, compacta y económica. «El ESP es ahora asequible para todas las clases de vehículos,» indica Steiger, como prueba del éxito de este sistema.

Sin embargo, la cada vez mayor electrificación de los sistemas de propulsión, así como los cada día más complejos dispositivos integrados de asistencia a la conducción, plantean nuevos retos a los sistemas existentes de frenado. Hoy en día, Bosch tiene la solución técnica apropiada, basada en un sistema modular. Incluso para vehículos de conducción automatizada, Bosch proporciona un sistema ESP que se adapta al servofreno electromecánico iBooster y que satisface con creces las actuales expectativas del mercado.

Sistemas de asistencia basados en ESP

Los actuales sistemas de asistencia al conductor hacen que la conducción sea aún más segura y cómoda. Bosch también está desarrollando dispositivos que mantienen de forma automática la distancia de seguridad con el vehículo precedente, que permiten que el vehículo pueda maniobrar en espacios reducidos, y que avisen a tiempo al conductor en situaciones críticas. En los próximos años, una cantidad cada vez mayor de maniobras serán ejecutadas íntegramente de forma automatizada. De esta manera, los vehículos podrán maniobrar solos en el garaje o conducirse autónomamente por autopista en los atascos de las horas punta. Todas estas funciones tienen un elemento en común: el frenado sin intervención del conductor. El sistema ESP controla también esta acción de frenado. Por consiguiente, los vehículos que ya lo incorporan, pueden ser fácilmente equipados con características adicionales de seguridad y confort. El factor decisivo en este caso es el trabajo coordinado de sensores que detectan el entorno del vehículo. Estos dispositivos detectan otros vehículos en un contexto de tráfico y determinan su distancia, velocidad y dirección. Con este fin, Bosch pone a disposición de los fabricantes de automóviles una completa gama de sensores de ultrasonidos, radar y cámara de vídeo.