Tres son los componentes responsables del buen funcionamiento de la suspensión de tu automóvil: neumáticos, muelles de suspensión y amortiguadores. Los tres componentes deben de estar en buen estado para mantener el contacto adecuado del neumático con la calzada. Y la mejor opción para asegurarnos de ello es revisar nuestro automóvil con la frecuencia adecuada en nuestro taller de confianza.
¿Qué hacen los amortiguadores?
La función básica de los amortiguadores es mantener las ruedas del vehículo en contacto con la carretera, así como controlar los movimientos de la carrocería. El amortiguador controla el movimiento del muelle y asegura, cuando está en buen estado, una conducción suave y segura. Incluso con neumáticos y frenos nuevos, la seguridad del vehículo se verá comprometida debido a un menor contacto de la rueda con el asfalto si los amortiguadores no están en buenas condiciones.
¿Qué pasa si alguno de los 3 componentes no está en buen estado?
Si nuestro vehículo solo contara con muelles, pero sin amortiguadores, sería incapaz de controlar los movimientos de la carrocería derivados de las irregularidades del firme, continuaría rebotando y los neumáticos perderían el contacto con la carretera.
Por el contrario, con muelles y amortiguadores el vehículo no sólo absorbe las oscilaciones de la carrocería, además los amortiguadores controlan el movimiento de los muelles y evitan que el vehículo pierda estabilidad.
Consejos sobre el sistema de suspensión
El especialista en suspensión KYB recuerda a los automovilistas que tanto amortiguadores como muelles de suspensión son piezas que sufren desgaste. “Además están sujetos a elementos como la lluvia, la suciedad y la sal de las carreteras. Esto puede provocar corrosión y un menor rendimiento, por lo que deben revisarse cada 30.000 km y sustituirse cada 80.000 km.”.
Recuerda, además, que los amortiguadores y los muelles de suspensión deben instalarse siempre por parejas.
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