El Turbocompresor

Hoy en día son muchos los vehículos en la carretera que cuentan con un turbocompresor… para alegría del motor y del automovilista que los conduce. Y es que este sistema de sobrealimentación consigue gran potencia pero controlando consumo y niveles de emisiones contaminantes, lo que ha popularizado su uso especialmente en vehículos diésel.

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El turbo hace que entre más cantidad de aire en el cilindro, y lo hace mediante compresión. El problema radica en que, por la propia naturaleza de su funcionamiento, el turbo está expuesto a sufrir averías: altísimas temperaturas de hasta mil grados, presión extrema y doscientas mil revoluciones por minuto en el giro son los ingredientes con los que este componente se maneja en su día a día, y por eso es posible que tarde o temprano pueda producirse un problema si no cuidamos y mantenemos de forma correcta nuestro coche. Algo que nos interesa muy mucho, ya que el turbo es una pieza cara y su reparación o sustitución también.

Lubricación y carbonilla, las claves

La mayoría de averías y problemas que sufren habitualmente los turbocomprensores están relacionadas con dos temas.

Por un lado, la lubricación

¿En qué sentido? Al turbo le afecta tanto el defecto como el exceso en el nivel de aceite… pero también le afecta la utilización de un aceite de mala calidad o inadecuado para el vehículo.

¿La solución? Recuerda revisar el nivel de aceite: es muy importante que no falte, pero que tampoco sobre. Y, por supuesto, utiliza siempre un aceite adecuado para tu vehículo. Sabrás cuál te conviene si consultas el libro de mantenimiento que facilita el fabricante o confías los cambios de aceite a tu EuroTaller.

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Por otro lado, el exceso de carbonilla

Es uno de los motivos más frecuentes: se produce una acumulación de hollín o carbonilla en sus conductos que provoca deterioro y mal funcionamiento del turbo. ¿Por qué ocurre esto? Quienes más lo sufren son quienes circulan sobre todo por ciudad, ya que no alcanzan elevadas revoluciones, que es justo lo que necesitamos para “quemar” esa carbonilla. Una buena forma de cuidar el turbo de tu coche, entre otros componentes, es conducir un rato largo, como mínimo una vez por semana, por autovía o autopista, donde puedas subir de revoluciones el coche sin interrupciones de semáforos, peatones etc.

Algunos síntomas que indican que debes pasar por tu taller cuanto antes:

  • Pérdida de potencia
  • Aviso de fallo de motor en el panel de mandos del coche
  • Ruidos o silbidos al acelerar
  • Sale humo azul del tubo de escape

Consejos para cuidar un motor con turbocompresor

Nuestra forma de conducir y el mantenimiento general del coche son muy importantes para alargar la vida útil del turbo y, en general, del vehículo. Si tu automóvil está equipado con turbocompresor procura seguir estos sencillos consejos para evitar problemas. Ya sabes: ¡más vale prevenir que curar!

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Espera a que el motor alcance la temperatura adecuada

Uno de los secretos del cuidado del turbo es no maltratarlo en frío, es decir, evitar acelerones o esfuerzos antes de que el motor llegue a una temperatura que esté por encima de los 80ºC. De esta forma nos aseguramos que el aceite ha logrado su punto óptimo de fluidez (el aceite es más espeso cuando está frío que cuando está caliente) y de que el turbo está lubricado.

No apagues el motor de golpe tras una conducción forzada o agresiva

Una de las peores cosas que le puedes hacer al turbo es apagar de golpe el motor tras un esfuerzo o conducción agresiva. ¿Te preguntas por qué? Pues la respuesta es tan sencilla como que si haces eso no darás tiempo a que la turbina baje de revoluciones y al turbo a enfriarse. Esto, con el tiempo, puede acabar por dañar el turbo, así que mejor evítalo, dejando el motor a ralentí uno o dos minutos.

Evita la acumulación de carbonilla

La carbonilla es un enemigo común para algunos de los componentes más importantes del coche: válvula EGR, filtro antipartículas y el propio turbo pueden sufrir mucho a causa de la acumulación de hollín. La mejor manera de evitar que se acumule subir de revoluciones el motor con cierta frecuencia: así ayudamos a que la carbonilla se “queme” tal como está previsto y mantenemos limpio el sistema de admisión y escape.turbo corte

Presta mucha atención al mantenimiento del vehículo

Utiliza siempre el aceite adecuado para tu modelo de coche, revisa los niveles con frecuencia, haz los mantenimientos cuando toque y no olvides sustituir también el filtro de aceite.

 

Correa de distribución

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La correa de distribución del coche es la encargada de asegurar la sincronización entre la fase de admisión de la mezcla aire-carburante (árbol de levas) y el movimiento de las válvulas con la rotación del cigüeñal y el movimiento de los pistones. En general, es un elemento del coche al que no solemos prestar mucha atención por su larga duración y descuidamos su mantenimiento. Sin embargo, es de vital importancia hacer un seguimiento de su estado y cambiarla como método de prevención, puesto que su rotura provoca graves consecuencias en el vehículo. Si no sabes cuándo se debe cambiar la correa de distribución del coche, Nosotros le asesoraremos sobre el intervalo recomendado para su vehículo.

Cuando llega el momento marcado por el fabricante de tu vehículo para cambiar la correa, es recomendable recurrir a un kit de distribución. ¿Que por qué? Porque junto a ella existen otros elementos sometidos a desgaste. Y al sustituirlos todos, nos aseguramos de la duración de la correa colocada no se verá afectada por deterioro de estos rodillos o tensores.
Demorar el cambio de la correa no es recomendable, porque su desgaste no es perceptible y si llegara a romperse provocaría daños graves y más caros de arreglar, incluso la ruptura del propio motor en casos extremos. Te recomendamos que a partir de los 80.000 kilómetros compruebes el estado en que se encuentra, en Automoción Miraflores estamos encantados de revisar y aconsejarte. Pero ¿Qué es exactamente un kit de distribución?.

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Como sabe, la correa sincroniza el movimiento permanente de pistones y válvulas. Pero el kit de distribución incluye, además de la propia correa, esos otros elementos sometidos a desgaste y que le recomendamos cambiar: las poleas-guía y los tensores.
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Por otra parte, cuando se sustituye la correa es momento de revisar, y cambiar si es necesario, otros componentes, como la bomba de agua, si interactúa con la correa de distribución.
Revisar, y reemplazar si tu mecánico se lo aconseja, la correa auxiliar -alternador, aire acondicionado o dirección asistida. Y es que si existen fugas en la bomba de agua, por ejemplo, o si gotea líquido de refrigeración, la vida de la correa de distribución de tu automóvil se verá comprometida.
Así que ya lo sabe, para evitar sustos, nuestras instalaciones. Y recuerde: compruebe y cambie si es necesario, el estado de la correa a partir de los 80.000 kilómetros. Una avería en la distribución, siempre será mucho más cara. En caso de rotura la reparación puede multiplicar por diez el importe de la sustitución.

Detalle de válvulas dobladas.
Detalle de válvulas dobladas.