Consejos para conducir en invierno

Cómo conducir seguros en invierno a través de diez consejos básicos en esta época del año, en la que se debe extremar el buen estado del vehículo, debido a la climatología adversa y la reducción de horas de luz, sin olvidar que los neumáticos son el único punto de contacto con la carretera.

1. Vigilar el estado de la calzada, ya que las duras condiciones meteorológicas dificultan la conducción, y su climatología cambiante puede acarrear diferentes peligros: aquaplaning, baja visibilidad, falta de tracción y pérdida de control.

2. Adecuar la conducción al estado de la calzada, ya que dependiendo si está seca, mojada, con nieve o hielo la distancia de frenado varía a igual velocidad.

3. Mantener siempre en carretera una distancia de seguridad mayor y siempre con las luces de posición, para aumentar la visibilidad del vehículo.problemas-conducir-noche

4. No utilizar luces largas con niebla, ya que pueden “rebotar” provocando una peor visión.

5. Con nieve, aprovechar las rodadas hechas por otros vehículos. En caso de ser demasiado profundas se deben evitar, ya que se corre el riesgo de dañar los bajos.

6. Extremar la precaución con hielo, ya que es difícil de detectar en carretera. Para ello, hay que prestar especial atención y aumentar la precaución en puentes o pasos elevados, calzadas cercanas a los ríos, túneles o zonas muy sombreadas, y en los arcenes y carriles izquierdos.

7. En las curvas, frenar y reducir la velocidad antes de comenzar a girar, ya que debido al efecto del peralte pueden aparecer también en su zona interior placas de hielo.

8. Revisar periódicamente el estado de los neumáticos. Son el único punto de contacto con la carretera y que su estado influye decisivamente sobre el comportamiento del automóvil. Presión y profundidad del dibujo son factores clave a tener en cuenta para contar con la absoluta garantía de que cumple correctamente sus funciones y mantiene perfectamente sus prestaciones.

neumaticos-invierno-59. Montar neumáticos de invierno si la temperatura de la zona suele ser inferior a 7º C.

10. Revisa el estado de batería, niveles de refrigerante, anticongelante y de limpiaparabrisas

¿Es importante realizar una revisión Pre-ITV?

La Inspección Técnica de Vehículos, más conocida como ITV, es un trámite obligatorio desde 2006 que deben pasar todos los automóviles. Una especie de examen obligatorio para todos los vehículos, aunque dependiendo de si se trata de un coche, de una motos o de un vehículos industrial, la periodicidad varia.

Así, por ejemplo, los coches y las motos nuevos tienen que empezar a pasarla a partir de los cuatro años desde su matriculación. A partir de esa fecha se deberá realizar cada dos años hasta que tenga el coche o moto, 10 años. Una vez cumplidos los 10 años la ITV se debe realizarse cada año.

Durante esta inspección los técnicos comprueban el estado de diferentes elementos y sistemas del coche que pueden afectar a la seguridad y a la contaminación. Si durante la inspección se detectan defectos leves en el coche, dispondrás de un periodo de dos meses para repararlos y volver a pasar la inspección, aunque estos defectos no te impedirán seguir circulando. Por el contrario, si los defectos son muy graves, no podrás abandonar la ITV circulando, si no en grúa, y hasta que no sean reparados no podrás volver a pasar la ITV.pre-itv

¿Qué revisan en una pre-ITV?

Es por ello que, antes de enfrentarte a la ITV conviene que realices una revisión pre-ITV en tu taller de confianza asociado a Atarvez, donde revisarán a fondo tu vehículo, con especial incidencia en los puntos más comunes en los que normalmente se falla en la prueba.

Así, el mecánico revisará la iluminación, comprobando el correcto funcionamiento de las luces de posición, las luces de carretera, los faros antiniebla y de los intermitentes. También se inspeccionará a fondo la carrocería del coche así como el acondicionamiento exterior. Recuerda que defectos graves en la carrocería son motivo de rechazo en la ITV.

En la pre-ITV también se revisará el estado actual de las ruedas así como su presión y desgaste. También se analizarán los frenos, los niveles, la suspensión, los ejes y las rótulas.gc-tra

Sanciones

Según informa la DGT, la Ley de Seguridad Vial detalla que las deficiencias en el mantenimiento de los vehículos pueden ser consideradas infracciones graves, sancionadas con 200 euros de multa,  o muy graves (500 euros de multa).  Además se podría inmovilizar el vehículo en el caso de deficiencias graves (frenos, neumáticos, suspensión…) hasta la reparación de las mismas y con la obligación posterior de someter el vehículo a comprobación en una estación ITV fija.

Igualmente, la sanción por circular con un vehículo sin haber pasado la ITV o por haber resultado desfavorable es de 200 euros y de 500€ por circular cuando la inspección resultó negativa.

Por todo ello conviene mantener el coche siempre en buen estado. Para ello, sólo tienes que confiar en los talleres de confianza asociados a Atarvez

Los 5 puntos clave del vehículo a revisar en invierno

Las condiciones meteorológicas adversas y la bajada de temperaturas, propias del invierno, hacen que pasar por el taller para poner a punto el vehículo sea imprescindible para garantizar una conducción segura y evitar averías en carretera.

Esto es fundamental en todos los automóviles, pero cobra especial importancia en el caso de los vehículos más antiguos. Y con un parque móvil con una edad media de 11,6 años, el taller debe inspeccionar algunos elementos susceptibles de averiarse en esta época del año.baterias

Recuerda los cinco puntos clave a revisar en invierno

El líquido anticongelante cumple una doble función: conservar la temperatura del motor y evitar la corrosión de los componentes refrigerantes. Así que cuanto más baja sea la temperatura, más grados de anticongelante debe tener el líquido.

Más allá de comprobar el nivel del aceite, cuando la temperatura está bajo cero, «es preferible utilizar un aceite de baja viscosidad, ya que protegerá el motor del frío excesivo».

El frío es uno de los peores enemigos de la batería, pues puede reducir su vida útil hasta el 50%. Por eso, es imprescindible revisar periódicamente este componente, y sustituirlo si es preciso.neumaticos

«Una manera de garantizar una conducción segura es circular con los neumáticos en buen estado», recuerdan desde la web de tasación. Aparte de contar con un dibujo de 1,6 mm de profundidad como mínimo, en invierno la presión varía respecto al verano. «Por eso, el taller de confianza será el encargado de asesorar a sus clientes sobre la presión idónea para rodar en mojado o sobre hielo».

La visibilidad es fundamental durante todo el año. Sin embargo, es en esta estación cuando son frecuentes las lluvias y las nevadas. «Por eso, conviene utilizar líquidos limpiaparabrisas específicos y eficientes contra la congelación y la acumulación de lluvia«, concluyen.

 

Prepara tu coche para el frío

Prepara tu coche para el invierno y aprende a conducir sobre nieve y hielo

Tener tu coche listo para el invierno te puede evitar más de un problema innecesario durante los meses de frío. Con estos consejos tendrás tu coche preparado.

Cuando llega el frío, la obligación de todo conductor es tener su coche preparado para el inverno

Tras los meses de verano conviene hacer una sencilla y rápida labor de revisión y mantenimiento para evitar los problemas que pueda provocar la llegada de las heladas y la nieve.

Además de preparar tu coche, también te ofrecemos algunos consejos para conducir sobre nieve con los que, sin necesidad de ser un experto, puedas salir adelante cuando la carretera esté complicada. Arrancamos.

1.- Neumáticos

No solo hay que revisar que el dibujo y que las presiones de nuestros neumáticos sean las apropiadas. Con el frío, las ruedas suelen desinflarse ligeramente. Revísalo. Pero también presta atención al estado de la goma. El calor del verano y un uso abusivo pueden cuartear la goma del neumático y, con la crisis, cada vez son más los coches que se ven con las ruedas ‘en los alambres’. La cosa es mucho más grave que él, ya importante, riesgo de sufrir un reventón en plena marcha. Nuestro automóvil se apoya en la carretera sobre cuatro únicos puntos de pocos centímetros, de ellos depende todo el agarre al asfalto que tengamos y estas superficies deben evacuar el agua o la nieve si las hubiera.

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Así que el dibujo del neumático debe estar en buen estado en todo el ancho de la banda. Si vas a circular por zonas con mucha agua o nieve, pide presupuesto en un especialista para montar unos neumáticos de invierno. Llevan un dibujo especial más profundo y la goma tiene un compuesto más blando y de mayor agarre en temperaturas frías (olvídate de los clavos, en España está prohibido circular con ellos y ni los vas a encontrar en las tiendas).

No te preocupes por tus ruedas actuales, si las tienes en buen estado pero crees que vas a necesitar comprar unas de invierno, puedes guardarlas hasta el verano y volver a montarlas cuando pase el frío. Incluso puede que, si no tienes dónde guardarlas, en el mismo sitio donde compres las de invierno te las almacenen hasta que las necesites.

2.- Cadenas

Hay una amplísima oferta dentro del mercado de cadenas y otros inventos para circular sobre nieve. Las hay metálicas, textiles e incluso existen esprays que se aplican sobre la banda de rodadura y que dicen ofrecer un extra de adherencia (aunque te aconsejo que no los pruebes porque pueden dañar la goma, su efecto apenas se aprecia y además, se dispersa a medida que circulamos). También están los llamados ‘Spikes spider’, que se acoplan sobre la rueda de forma bastante rápida y llevan una serie de radios que ‘abrazan’ la goma del neumático. Algunas cadenas metálicas también llevan este sistema de montaje.

Nuestro primer consejo en este apartado es que tus ruedas deben estar en buen estado. Si no, las cadenas, o lo que uses, no serán de mucha ayuda.

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En cuanto a estas cadenas, las metálicas suelen ser las más complicadas de poner, mientras que las textiles suelen ser menos resistentes. Recuerda que siempre debes ponerlas en las ruedas que mueven el coche. Si es tracción delantera (Renault Mégane, VW Golf, Seat Ibiza…) tienes que ponerlas en las ruedas delanteras. Si tu coche es propulsión trasera (BMW Serie 3, Mercedes-Benz Clase E, etc) las cadenas deben ir en las ruedas traseras y si es tracción total (4×4) la mejor opción puede ser montarlas en las ruedas delanteras para ayudar a la adherencia de la dirección. No olvides desconectar el ESP una vez montadas.

Recuerda guardarlas en un lugar accesible del coche. Esto te lo digo porque lo más común es que no estés cómodamente en el garaje de casa el día que tengas que ponerlas. Si la nieve te pilla en una carretera de montaña y tienes que parar en pleno arcén para bajarte del coche a montarlas, lo último que te va a ayudar es que las cadenas estén en el fondo del maletero metidas detrás de todo el equipaje con el que te has ido de viaje.

Por último, el tema de la Ley. Si la Guarda Civil de Tráfico anuncia que es obligatorio el uso de cadenas para circular por un puerto, los citados esprays y otros ‘inventos’ similares no sirven. Así que asegúrate que las cadenas que compras están correctamente homologadas. El único sustituto legal de las cadenas son los neumáticos de invierno y te aseguro que he tenido oportunidad de probar ambas cosas en condiciones extremas y la conducción es infinitamente más segura con unos neumáticos de invierno que con unas cadenas.

Si, es cierto que implica mayor inversión y también mayor previsión (porque habrás tenido que comprarlos y montarlos previamente), pero con ellos puedes conducir con muchísima seguridad sobre nieve y, por otro lado, te ahorras tener que bajar del coche en mitad de una nevada para montar nada. Es cuestión de que calcules si vas a circular mucho por carreteras bajo estas posibles condiciones, como por ejemplo, gente que viaja todos los fines de semana a las estaciones de esquí.

3.- Frenos

El invierno es un momento obligatorio para revisar los frenos de nuestro coche. La lluvia, las carreteras heladas o la nieve pueden ponernos en situaciones comprometidas y, aunque el freno se usa de forma especial sobre superficies deslizantes (que te contaré más a fondo en el capítulo de conducción sobre hielo y nieve), es importante que discos, pastillas, pinzas (o tambores, si los lleva) estén en buenas condiciones. El frío afecta a todos los materiales y en este caso estamos hablando de piezas cuyo funcionamiento va por fricción, así que es interesante revisarlos.

Que los frenos suenen o chirríen puede deberse tanto a unas pastillas en mal estado como a unos discos deteriorados. Si cuando accionas el pedal de freno notas que está demasiado blando, la cosa no va bien y puede que no solo sea un problema de las pastillas, sino que quizá tengas que revisar el nivel del circuito del líquido de frenos.

Frenos

Te recomiendo que dejes esta operación en manos de un especialista. Este líquido es una sustancia altamente corrosiva y la manipulación del sistema de frenos suele requerir un purgado para sacar el aire que se haya podido meter al rellenar el circuito.

Cuando pisas el pedal del freno este líquido se bombea para aplicar presión interna en las pinzas, lo que hace que las zapatas se peguen al disco y se genere la fuerza de frenada. Así que una burbuja de aire en mitad del circuito puede dar fallos en la frenada y ser un verdadero peligro.

La tensión del freno de mano también puede indicar algún problema que haya que corregir si está demasiado blando y, aunque no es primordial para la conducción, puede que nos acordemos de él en algo tan sencillo como salir de una rampa de garaje helada.

4.- Líquido anticongelante

Bajo el capó de nuestro coche hay un depósito (normalmente, semitransparente) en el que van varios litros de un líquido de color (amarillo, rosa, verde… depende del fabricante) cuya composición lo prepara para superar las propiedades del agua a temperaturas extremas.

Es decir, que no se evapore por encima de 100 grados y que no se congele por debajo de 0 grados. Es el líquido refrigerante/anticongelante y en su nombre está definida su principal función: mantener la temperatura óptima del motor durante su funcionamiento (aproximadamente 90 grados).

Anticongelante

En el mismo depósito debe haber unas marcas que indican el nivel máximo y mínimo que debe tener el circuito de refrigeración. Así que si está por debajo, compra una garrafa (suelen ser de cinco litros) en cualquier estación de servicio o gran superficie y rellénalo. No importa que lo mezcles con el anterior, aunque si este está muy deteriorado y se aprecia suciedad, puede ser conveniente sustituirlo todo por uno nuevo. Esto es mejor que te lo haga un mecánico, porque debe hacerse con el motor en marcha para que el líquido vaya circulando e ir echando el nuevo mientras el antiguo sale por otro conducto.

Ten cuidado al rellenarlo para no sobrepasar el máximo. No tiene por qué haber problema, pero en el depósito, llamado vaso de expansión, debe quedar suficiente espacio para que cuando el líquido regrese del circuito de refrigeración y su temperatura sea alta, no se salga. Tampoco pasa nada si se viertes un poco al rellenar. No es un líquido corrosivo (como por ejemplo, el de los frenos) pero si utilizas un embudo evitarás tirar el líquido fuera del depósito.

Si oyes hablar de que este depósito se puede rellenar con agua, es cierto, no pasa nada salvo que puede quedar cal en el interior del radiador y otras partes del motor, pero como te he indicado, el líquido anticongelante tiene unas propiedades superiores para las condiciones extremas, que es justamente lo que intentamos combatir.

5.- Las lunas

Además de revisar los niveles del motor, el estado de los neumáticos o los frenos, hay otras partes del coche que debes preparar para el invierno. Es muy común que los limpiaparabrisas hayan tenido poco uso en verano. En muchas ocasiones, el calor los ha ‘pegado’ al cristal y cuando llega la primera tormenta o las primeras heladas vemos que apenas pueden retirar el agua o el hielo de la luna y ‘rebotan’ en sus pasadas. Cámbialos por unos nuevos antes de que los tengas que usar en plena tormenta. Son una pieza realmente sencilla de cambiar, los hay desde poco más de 10 euros y de ellos puede depender completamente tu visibilidad conduciendo en una carretera bajo una fuerte lluvia. No olvides, si tu coche lo lleva, revisar también el limpiaparabrisas trasero, no es menos importante.

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El segundo elemento relacionado con las lunas al que hay que echar un vistazo es al nivel del líquido limpiaparabrias. Su depósito también está bajo el capó y suele llevar un tapón de distinto tamaño y color al del líquido refrigerante, para evitar confusiones. Este depósito debe ir correctamente lleno y se puede rellenar sencillamente con agua (aunque la del grifo puede dejar cal en los conductos).

Hay productos específicos que llevan cierta mezcla con jabones especiales y son más resistentes al frío. En tu caso, puedes recurrir a echar un poco de líquido anticongelante en este depósito. Con ello conseguirás que el agua que utilizas para limpiar las lunas (y también los faros si el coche lleva lavafaros automáticos) aguante mejor el frío y no te lo encuentres congelado cuando vayas a tener que utilizarlo un día en el que la luna esté sucia o helada.

Comprueba que la luna térmica trasera funciona correctamente. Llevas meses sin usarla y quizá te lleves una sorpresa cuando la necesites. Puede que, si no funciona, solo sea cuestión de cambiar un sencillo fusible.

Hablando de hielo, llegan los días en los que muchos de nosotros nos encontramos las lunas cubiertas de hielo cuando vamos a trabajar. Se habla de muchos remedios para evitar esto. Algunos son más caseros, como frotar una patata en el parabrisas, y otros más sofisticados como el uso de productos químicos especiales para ello.

Lo más económico y efectivo es la paciencia y un sencillo rascador de cristales. Arrancamos el coche, esperamos que coja temperatura y conectamos la calefacción orientada a la luna para calentarla. Mientras, desde fuera vamos rascando hasta retirar todo el hielo o la escarcha. No eches agua porque a esa temperatura lo único que vas a provocar es más hielo y no uses los limpiaparabrisas hasta que la luna esté despejada, puedes dañarlos y no te van a quitar el hielo.

Limpia la luna entera. De nada sirve hacer hueco con prisas para ver desde el asiento del conductor y llegar a un cruce y tragarnos un coche o a un peatón que se acerca por el lado derecho y que no hemos visto porque llevamos esa mitad de la luna llena de hielo. Recuerda repasar los espejos retrovisores, las ventanillas y también los faros y pilotos por si tienes que usarlos y que la luz que emitan se vea correctamente. En cuanto a las ventanillas, no intentes retirar el hielo bajándolas. Si la capa es muy gruesa puede que ni los motores de los elevalunas puedan bajar el cristal.

6.- El vehículo

Tras revisar los puntos más importantes hablamos ya de otro tipo de consejos ‘menores’ pero que pueden resulta muy prácticos para preparar nuestro coche para el invierno. En el habitáculo del coche, el mayor enemigo de cualquier conductor es el vaho. También se dice que hay productos «mágicos» para evitarlo, pero lo más barato (y también lo mejor) vuelve a ser lo más sencillo.

Cuando nuestros cristales se empañan es sencillamente porque la luna tiene la parte exterior muy fría y el aire de la parte interior (el habitáculo) está más caliente ya sea por el uso de la calefacción o por el mismo calor que desprenden los ocupantes (incluso cuando están sin ropa, ya me entiendes). Lo que hace que el vapor de agua se condense en la parte más caliente, es decir, por dentro. Abriendo ligeramente las ventanillas delanteras (una, o las dos para ser más rápidos) conseguiremos una corriente instantánea que equilibrará la temperatura exterior y la interior, haciendo que el vaho desaparezca de los cristales.

Clima

Llevar a mano un trapo o gamuza en la puerta del conductor también te ayudará para limpiar el cristal. Y para evitar que vuelva a aparecer, conecta la calefacción del coche orientada hacia el parabrisas. Esto hará que el cristal coja la temperatura interior y no se vuelva a empañar. Si alguno de los conductos de ventilación está obstruido verás que esa parte del parabrisas se desempaña peor. Pasando una aspiradora por ellos puedes solucionarlo, salvo que esté realmente estropeado.

La organización dentro de tu coche es algo que también te puede ayudar en invierno. El maletero va en muchas ocasiones repleto de cosas que vamos dejando en el día a día, a lo que hay que sumar la posible carga del equipaje de viaje. Como te he comentado en el apartado de las cadenas, si las llevas, recuerda dejarlas en un lugar accesible, lo mismo que los triángulos de emergencia por si tuvieres que usarlos. El chaleco reflectante no debe ir en el maletero. Si te tienes que bajar del coche para montar unas cadenas debes tener el chaleco a mano antes de salir fuera y más si en el exterior hay condiciones de poca visibilidad como en mitad de una fuerte nevada.

Ten a mano también el teléfono de emergencias de tu compañía de seguros. Nunca sabes cuándo vas a tener que llamar a una grúa en invierno. Y, por último, te aconsejo que lleves en la guantera una linterna y sus pilas tengan carga. Parece una tontería, pero puede ser imposible montar unas cadenas en plena noche de inverno. Y ya que hablamos de pilas, asegúrate de que la batería de tu coche está en buen estado, porque el frío extremo exige un esfuerzo extra del motor de arranque y los calentadores del motor para ponerlo en marcha.

Por último, te recomiendo que laves periódicamente los bajos de lo coche con una manguera a presión. La sal que se echa en las carreteras para evitar el hielo se acumula debajo de la carrocería, son zonas que suelen ir menos protegidas y la sal genera mucha corrosión en ellas, como ocurre con muchos de los coches que son importados del mercado europeo para la compra-venta. Al lavarlo, ten cuidado de que no entra agua por el tubo de escape. Inmediatamente no pasa nada, pero puede acumularse en el catalizador (ese abultamiento que hay antes de la salida de escape) y acabar dañándolo.

7.- La conducción sobre nieve y hielo

Una vez repasados los principales puntos de revisión para preparar tu coche para el invierno voy a intentar resumir brevemente algunos consejos para conducir sobre nieve y hielo que te pueden ayudar en situaciones complicadas.

El primer consejo que hay que seguir a rajatabla es la PRECAUCIÓN. Si en condiciones normales hay que acatar siempre las normas de tráfico, cuando hay nieve y hielo en la carretera, nuestro nivel de atención y prudencia debe ser mucho más alto. Olvídate de las prisas, la nieve y la velocidad no se llevan bien.

Intenta llevar siempre el depósito de combustible lleno. En las grandes ciudades se suelen montar atascos de horas y en la montaña puede que también te toque esperar a que pase la tormenta y, lo más normal, es que tengas que estar con el coche arrancado y la calefacción puesta.

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En cuanto a la conducción, empieza por sujetar el volante firmemente con las dos manos. Olvídate de hacerlo con una mientras dejas la otra descansar sobre el reposabrazos. Cuando las ruedas van rodando sobre nieve pueden reaccionar de forma brusca en cualquier dirección y por ello hay que estar preparados para llevar siempre el volante bien sujeto.

Ten cuidado con el freno. Si notas que el coche empieza a desviarse o cruzarse no frenes de forma brusca, porque entonces se bloquean las ruedas y en pleno derrape será cuando no lo podrás controlar. Intenta rectificar la dirección manteniendo la velocidad constante, con movimientos suaves del volante y reducir con mucha suavidad bajando marchas. Debes llevar siempre el control de la potencia del coche con el acelerador, no levante el pie de golpe porque el coche perderá adherencia. Si como te he dicho al comienzo, vas circulando despacio y con precaución, podrás recuperar el control del coche. Circular en marchas largas ayuda a que el coche avance con potencia pero sin que las ruedas giren excesivamente rápido.

No circules cerca de otros coches. Mantén siempre una distancia de seguridad muy superior a la normal. Es un fenómeno que he visto en cientos de ocasiones y nunca entiendo: la gente circula en grupo cuando hay nieve. TÚ NO LO HAGAS. Deja que los otros coches vayan lo más lejos del tuyo que te sea posible, porque no sabes las reacciones que su coche o el tuyo puedan tener en un momento dado sobre la carretera. Ten en cuenta que ni ellos ni tu podéis frenar con contundencia y cuando nieva hay muchísimos pequeños golpes que se producen por el simple hecho de circular demasiado cerca de otros coches.

No te fíes de las roderas. Cuando los coches pasan una y otra vez sobre una misma carretera y van formando un carril, la nieve que pisan se apelmaza, y si el frío continúa y no se ha echado sal sobre el asfalto, se puede formar una capa de hielo peligrosa. Es lo mismo que cuando tu vas andando por la calle y pisas nieve ya aplastada, que muchas veces es más resbaladiza que la zona en la que no ha pisado nadie antes.

Si te encuentras una pendiente resbaladiza en la que el coche patina y no avanza (por ejemplo, una rampa), echa el freno de mano antes de afrontar la rampa y desconecta el ESP (habrá un botón en el salpicadero en el que se desactiva parcialmente). La razón de desconectar el control de estabilidad es porque se trata de un sistema que, cuando detecta que las ruedas patinan, corta la potencia del motor, y nosotros necesitamos poder subir la rampa con toda la potencia del motor disponible (en el caso de montar las cadenas también hay que hacerlo). Engrana la segunda velocidad, acelera el motor bastante y empieza a soltar el embrague poco a poco. En el momento en el que notes que el coche puede avanzar, suelta el freno de mano y sujeta el volante con firmeza. El coche empezará a patinar y a avanzar por la rampa poco a poco. Mantén la dirección recta aunque notes que va haciendo pequeñas eses y, si puedes, ve pisando la nieve virgen.

En situaciones muy extremas y si hace falta recibir ayuda de otras personas (SIEMPRE garantizando la seguridad de todo aquel que esté en la vía, por encima de cualquier cosa) puede ser de ayuda añadir peso sobre las ruedas que fraccionan para mejorar su agarre. Esto es, empujando sobre el capó o el maletero en función de si se trata un coche de tracción delantera o propulsión trasera.

En cualquier caso, y como dije al comienzo, la conducción sobre nieve exige mucha PRECAUCIÓN y si el conductor prevé que las condiciones son demasiado complicadas para circular, lo mejor es no intentarlo y dar aviso a los cuerpos de seguridad para pedir ayuda. Estos consejos son solo orientativos y deben llevarse a cabo siempre respetando todas las normas vigentes de tráfico. La responsabilidad del conductor ante una carretera complicada es la primera norma que rige cualquiera de estos consejos de conducción sobre nieve, con los que, por otro lado, espero que haberte ayudado a que tanto tú como tu coche estéis preparados para el invierno.

 

Neumáticos de Invierno

 

Antes de nada  tres preguntas: ¿Sabes qué tipo de neumáticos lleva montado tu coche ahora mismo? ¿conoces los neumáticos de invierno? ¿te has planteado alguna vez montar este tipo de neumáticos?

Lo primero de debes conocer es que el neumático de invierno no solo es de nieve, sus características principales de agarre lo diferencian del común en que el agarre es mayor en temperaturas por debajo de 7ºC, además de un mejor agarre en mojado y un excelente agarre sobre nieve que exime de llevar cadenas.

Según lo que hayas respondido, este artículo podrá resultarte más o menos interesante o esclarecedor. La realidad es que en España los detalles de los neumáticos siguen siendo bastante desconocidos entre los conductores, y de hecho muchas veces no nos paramos a pensar en la importancia que tienen en nuestra seguridad mientras conducimos. De mi experiencia probando coches y neumáticos, por favor déjame que hoy te cuente varias cosas que aprendí sobre los neumáticos de invierno.

Para ser justos, y puesto que yo te lo pregunté antes, permíteme responder también a mí: llevo unos neumáticos de verano de todo uso (seco y mojado), de prestaciones intermedias, con una C en eficiencia energética y una A en adherencia sobre suelo mojado (si esto de las letras te suena a chino, entonces te recomiendo leer este otro artículo sobre el etiquetado europeo de los neumáticos).

Identificación neumático invierno
Identificación neumático invierno

Sobre si conozco los neumáticos de invierno diré que sí, y por eso estoy escribiendo hoy sobre ellos, pero debo reconocer que hace unos años prácticamente no tenía ni idea sobre ellos, y mucho menos me hubiera planteado montarlos en mi coche. Hasta que los he conocido en persona.

Neumático de invierno: más agarre con frío y lluvia

Esta es la clave del neumático de invierno. El neumático de invierno no es un neumático solo para la nieve, es un neumático para tiempo frío en general, y en particular para cuando además hay lluvia y nieve. La diferencia con un neumático de verano es que en esas condiciones da mucho más agarre, y por tanto aporta más seguridad a la conducción.

Esto de que da más agarre, o dicho de otra manera, que aporta más adherencia, significa que cuando un neumático de verano no da más de sí porque el pavimento está deslizante, porque hay mucha agua, porque hay nieve, o porque la temperatura es baja, el neumático de invierno sí da de sí.

El neumático es el único elemento de nuestro coche en contacto con el suelo, y ese contacto con el suelo lo es todo: a él debemos que el coche se mueva y vaya por donde queremos que vaya, y que se detenga cuando le decimos que se detenga.

Si el contacto con el suelo falla, si perdemos adherencia, si el agarre es insuficiente, entonces pasan cosas desagradables: el coche patina, o no puede salir del sitio, el coche desliza, derrapa y pierde la trayectoria (se nos va) y el coche no es capaz de frenar, o lo hace mucho peor (en más metros).

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Compuesto

Un neumático es un elemento elástico fabricado con un compuesto de goma (de caucho) bastante complejo. Para funcionar bien tiene que alcanzar cierta temperatura, que le permita tener la elasticidad óptima para agarrarse al suelo. Si no alcanza esa temperatura, no se agarrará lo suficiente.

Así que los elementos y proporciones de estos en el compuesto, varían la elasticidad del neumático y su temperatura óptima de funcionamiento, a la vez que se equilibra esto con el hecho de no degradarse en exceso y durar lo que tenga que durar.

Un neumático de verano utiliza un compuesto pensado para trabajar a temperaturas más bien altas, mientras que un neumático de invierno utiliza un compuesto pensado para trabajar a temperaturas bajas.

¿Qué le sucede a un neumático de verano en invierno? Pues que con una temperatura baja, el compuesto, la goma del neumático, no consigue la elasticidad necesaria para agarrarse adecuadamente al pavimento, y entonces es cuando patina y resbala.

Esto del compuesto es más fácil de entender si pensamos en la suela de los zapatos. Seguro que más de una vez os habéis percatado de que la suela de tal par de zapatos es algo más blanda y resbala menos, mientras que la suela de ese otro par de zapatos es más dura y resbala más. Pues algo así pasa con los neumáticos.

 

Flancos y dibujo

Pero además del compuesto de goma preparado para el frío, hay otros dos aspectos también muy importantes para mejorar el agarre de un neumático de invierno cuando hace frío, hay lluvia o nieve. La estructura del neumático, el diseño de los flancos (los laterales verticales del neumático), es ligeramente diferente con respecto a un neumático de verano, para que sea más elástico y haya algo más de superficie de contacto con el suelo, para que el neumático se agarre mejor al suelo.

Y lo mismo sucede con el dibujo del neumático. Hay más canales, que además son más profundos y anchos, para poder evacuar más agua, y tener más agarre sobre un pavimento mojado. Un neumático de invierno es más difícil que sufra aquaplaning cuando llueve.

Pero además el dibujo incluye unas rayas más pequeñas en los tacos, llamadas laminillas, que tienen otras dos funciones: aumentar la elasticidad y capacidad de deformación del neumático para agarrarse mejor al pavimento, y a la vez retener partículas finas de nieve y hielo que hacen que también se agarre mejor.

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El resultado: más seguridad en invierno

El resultado de todo esto es que el neumático de invierno nos da más seguridad cuando hace frío, hay lluvia o hay nieve. El neumático de invierno mejora el agarre, nos da más tracción, y reduce la distancia de frenado, con respecto al neumático de verano, ya esté el pavimento seco, esté muy mojado por la lluvia, o haya nieve.

La cuestión es que a temperaturas ambientes de unos 7 grados centígrados e inferiores, las prestaciones del neumático de verano se reducen, y su agarre empeora. Y aquí es donde el neumático de invierno es ideal. No tiene porqué haber nieve, conducir sobre un pavimento seco, pero frío, es más seguro con el neumático de invierno.

Yo los he probado en todas estas circunstancias y doy fe de sus ventajas.

– Sobre suelo seco, pero frío, el coche se agarra más y mejor. No debemos fiarnos porque la misma curva que pasamos a cierta velocidad con buen tiempo y sin frío, puede darnos un susto en invierno porque los neumáticos de verano pierdan adherencia por el frío.

– Sobre suelo mojado, de nuevo con frío, la diferencia se nota más, el coche se agarra mejor, las curvas se trazan con más seguridad, sin que el coche se nos vaya, y la distancia de frenado es menor.

– Sobre suelo nevado, la diferencia es ya enorme, tanto como no poder circular, o sí poder. Y no olvidemos una cosa importante: si llevamos neumáticos de invierno no hay que montar cadenas para la nieve (no son ni necesarias, ni obligatorias, porque el neumático ya permite que el coche se mueva con seguridad sobre la nieve, incluso mejor que con cadenas).

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Así que aunque España no sea un país muy frío, desde luego no como el centro y el norte de Europa, en la zona centro y norte de España, así como en las zonas de montaña, es recomendable usar neumáticos de invierno en la temporada fría del año, entre noviembre y marzo aproximadamente, ambos incluidos. Son una opción a tener en cuenta para conducir nuestro coche con más seguridad.

Lo normal, como hacen en otros países, sería tener dos juegos de neumáticos, con dos llantas, y poner y quitar las ruedas que toquen, según la época del año. Los neumáticos de invierno no deberían utilizarse en verano porque las temperaturas más altas (en general pasar de 15 grados) lo deterioran y hace que se gaste un poco más rápido.

Además a mayor temperatura empeoran algunas de las prestaciones de los neumáticos de invierno. Un estudio de ADAC mostró que un neumático de invierno nuevo, a temperaturas de verano, sobre suelo seco, necesita más distancia para frenar que un neumático de verano. Pero esto es lo mismo que le sucede a un neumático de verano cuando lo usamos en invierno con frío, algunas de sus prestaciones empeoran (necesita más metros para frenar que en verano con calor).

Aun así, hay que comentar dos inconvenientes de los neumáticos de invierno: son algo más caros que los neumáticos de verano, aproximadamente entre un 5 y un 10% más, y aumentan ligeramente el consumo del coche, no es mucho, del orden de una o dos décimas de litro a los cien kilómetros aproximadamente, (y depende del neumático de verano con el que se compare).

Recuerda que disponemos de una amplia oferta de precios que te permiten colocar estos neumáticos, además si quieres te podemos guardar los de «verano» sin coste alguno.

Que el invierno no te deje en casa