¿Cómo cambiar una rueda?

Parece algo sencillo, la verdad es que lo es, pero con unas nociones básicas se hace menos costoso, no obstante se aconseja practicar y tener localizado los componentes y herramientas a emplear.

Ahora con el buen tiempo, los desplazamientos aumentan y se pueden producir muchas incidencias en el camino, como por ejemplo, que se pinche una rueda. Por ello, hoy nos vamos a centrar en explicar cómo cambiar una rueda, ya sea la rueda de repuesto de galleta, es decir, de tamaño inferior a la que normalmente monta el vehículo, o una rueda con un tamaño similar a las convencionales.cambiar-la-rueda-del-coche

Lo primero que hay que hacer en caso de pinchazo, es detenernos en una zona lo más segura posible y en llano. Una vez detenido el coche y puesto el freno de mano, si estamos parados en una vía, ya sea carretera secundaria o autovía, debemos señalizar nuestra presencia con los triángulos y los chalecos reflectantes.

Ahora que ya hemos tomado todas las precauciones oportunas, nos ponemos manos a la obra. Antes de nada, nos vamos al maletero del vehículo y cogemos las herramientas que vendrán dentro del vano de la llanta. Puede darse el caso que la rueda de repuesto esté debajo del maletero y no dentro, por lo que tendremos que buscar dentro de éste una llave para desenroscar un tornillo que liberará a la rueda de su anclaje. Si no estamos seguros de donde está esa llave y de cómo liberar a la rueda de repuesto de la zona inferior del coche, sería aconsejable revisar el manual del vehículo para obtener dicha información.rueda-de-repuesto-02

 

Manos a la obra

Una vez tenemos las herramientas y antes de levantar el coche con el gato, aflojamos los tornillos de la rueda con el coche aún en el suelo – algunos coches llevan tuercas de seguridad para evitar que roben las llantas; debería de llevar un útil especial para esta tuerca-. Para ello, y puesto que la mayoría de estos tornillos tienen un alto par de apriete, podemos intentar aflojarlos con nuestras piernas o incluso con el peso de nuestro cuerpo, colocando la llave en el tornillo en posición para desenroscarlo. Una vez puesta así la llave, nos ponemos encima de la llave (normalmente solo se apoya un pie) y apoyándonos con los brazos sobre el coche,  damos ligeros saltitos hasta que el tornillo ceda. Recordad, que esta operación conlleva un cierto riesgo así que andad con cuidado.

Otra cosa que hay que tener en cuenta es que con esta operación solo hay que aflojar los tornillos para reducir el par de apriete, pero tampoco se pueden aflojar mucho porque la rueda podría salirse y el coche se podría caer.

Colocación del gato

Con la rueda aflojada, llega la hora de poner el gato. Para esta tarea, y más si la rueda que hay que cambiar es delantera, es más que aconsejable poner el freno de mano, ya que éste solo afecta a las ruedas traseras y podría evitar desplazamientos indeseados del vehículo una vez que esté elevado.

El gato, en el extremo que hay que colocar en los bajos del coche, suele tener  forma de U, y eso tiene un motivo. Todos los vehículos llevan puntos de anclaje para poder ser elevados por gatos y elevadores. En nuestro caso, son 4 y van colocados detrás de las ruedas delanteras y delante de las traseras.

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Para saber dónde colocarlo, nos agachamos y veremos que de forma longitudinal al coche, por los bajos hay un borde fino que sobresale unos dos o tres centímetros. En este borde, hay dos puntos (por cada lado) donde la chapa es más gruesa y suele estar marcada por dos muescas que marcan su longitud. Ese es el punto donde debemos colocar el gato, que encajará perfectamente al tener forma de U en el extremo.apriete-ruedas

Subimos el vehículo

Una vez colocado el gato, lo elevamos; acción que se realizará normalmente con la misma llave que se utiliza para aflojar las tuercas. Una vez tenemos el coche arriba, colocamos la rueda de repuesto al lado del gato estando parte de esta debajo del coche. Esta acción es solo por seguridad, ya que si el gato fallase, el coche no caería al suelo porque la rueda lo pararía antes y nos ahorraría una considerable factura del taller.

Aflojamos los tornillos y retiramos la rueda pinchada. Sacamos la rueda de repuesto de la zona inferior del vehículo y ponemos en su lugar la rueda pinchada.

Colocamos la rueda de repuesto, para lo cual nos podemos ayudar del pie para mantenerla en su sitio. Colocamos los tornillos, siendo conveniente comenzar por alguno de abajo, ya que mantienen mejor fijada la rueda mientras colocamos los demás. Una vez tenemos los tornillos colocados, los apretamos en forma de X, es decir, primero el inferior izquierdo, luego el superior derecho, a continuación el superior izquierdo y por último el inferior derecho.

Aquí es necesario apretar los tornillos lo suficiente para que pueden aguantar el peso del coche, pero no en exceso, ya que esto podría hacer caer el coche al hacer mucha fuerza.

Tras apretar la rueda, quitamos la rueda pinchada de la zona inferior del coche y bajamos el coche lentamente. Una vez tenemos el coche abajo, apretamos aún más los tornillos. Aquí podemos volver a hacerlo con las piernas o con el peso del cuerpo (como ya explicamos previamente) y siempre en X. No obstante, hay que tener mucho cuidado con apretar en exceso los tornillos, ya que podrían partirse, sobre todo si usamos el peso de nuestro cuerpo para ayudarnos.

Y después…

Una vez realizada toda la operación recogemos las herramientas, la rueda y los triángulos si los hemos usado. Es recomendable pasar por una gasolinera y comprobar la presión de la rueda de repuesto para garantizar que es la correcta y que circulamos de forma segura.

Si la presión de la rueda es muy baja, antes de cambiarla, y siempre que tengamos opción de llenarla (una gasolinera cercana), la llenaremos previamente al cambio. Si no es posible, es mejor llamar a una grúa.maxresdefault (1)

RECUERDA:

En cuanto se pueda se debe reparar la rueda pinchada y que sea colocada por un profesional con un par de apriete correcto. Nunca se debe de utilizar la pistola neumática para apretar la rueda del todo, para eso existen las llaves dinamométricas y el par de apriete especificado por el fabricante.

ESP ¿Hay que quitar el control de estabilidad en la nieve?

Una discusión típica de barra de bar, o de foro, es si es mejor dejar o quitar el control de estabilidad del vehículo cuando se conduce sobre nieve. No te vamos a hacer esperar, la respuesta es que es mejor dejarlo conectado, pues se ha diseñado especialmente para ganar seguridad en situaciones de baja adherencia.invierno

Los fabricantes instalan el control de estabilidad para ayudar a evitar las pérdidas de trayectoria, lo que ocurre cuando las ruedas pierden la adherencia con el suelo, algo que es más fácil sobre nieve o hielo. No importa si conduces en carreteras secas, mojadas, con gravilla, en curvas o rectas, en pistas sin asfaltar, en carreteras nevadas o con hielo. Si el sistema detecta una diferencia de velocidad entre las distintas ruedas del vehículo, es decir, que una de ellas o varias han perdido adherencia, el control de estabilidad actuará para corregir la trayectoria.

Funcionamiento del control de estabilidad

El control de estabilidad, que marcas como Toyota llaman VSC (Vehicle Stability Control), mide a través de sensores –también usados por el ABS y el control de tracción- la velocidad instantánea de cada rueda. Cuando todas giran al mismo ritmo el vehículo entiende que todo va bien. Si una o varias ruedas comienzan a girar a distinto ritmo que las demás el vehículo detecta que hay un deslizamiento y de qué tipo es. Instantáneamente actúa cortando la potencia del motor y aplicando freno de forma independiente en las distintas ruedas.

Unas simples microfrenadas realizadas en décimas de segundo en ruedas seleccionadas, junto al corte momentáneo de la potencia son normalmente suficientes para que el vehículo recupere la trayectoria. En la mayoría de los casos el control de estabilidad funciona tan eficazmente que el deslizamiento se detiene incluso antes de que el conductor perciba una pérdida de trayectoria.neumaticos-invierno-5

De hecho, no hay un solo conductor en el mundo capaz de superar la eficacia y sutileza de un control de estabilidad en la nieve. Como mucho, algún piloto escandinavo sabrá usar los deslizamientos sobre la nieve para mantenerse dentro de la carretera rodando a toda velocidad, pero no todos podemos apellidarnos Kankkunen o Mäkkinen. Y ni siquiera ellos pueden retener esos deslizamientos como lo consigue un control de estabilidad y la razón es simple: con el pedal de freno no se pueden frenar las ruedas de forma independiente como lo hace un control de estabilidad en décimas de segundo.

No dejes de guiar el vehículo

Es importante recordar que el control de estabilidad trata siempre de recuperar la trayectoria que marca el conductor con el volante. El control de estabilidad no es mágico y si tras un bandazo de la carrocería apuntamos con el volante hacia la cuneta o hacia el carril contrario, el control de estabilidad hará todo lo posible para dirigirnos donde le indiquemos.

No hay que asustarse, pues el funcionamiento es muy intuitivo. Como entra en funcionamiento extremadamente rápido y pronto, los deslizamientos y bandazos acaban siendo mínimos y los sustos muy pequeños. No obstante, es importante conducir por la nieve con mucha prudencia y recordar que si entra en funcionamiento el control de estabilidad no hay que dudar, sino seguir dirigiendo el vehículo con el volante donde queremos ir.

La mejor forma de reducir un deslizamiento repentino sobre la nieve y ayudar al control de estabilidad cuando entra en funcionamiento es no sobrecorregir moviendo mucho el volante. Cuanto más giro apliquemos para corregir un deslizamiento, sea sobreviraje o subviraje, más trabajo le daremos al control de estabilidad (que quiere dirigirnos donde le indiquemos, recuerda) y más tardará en conseguir recuperar la trayectoria, con lo que recorreremos más metros sobre la nieve sin control.ESP

Una forma de no sobrecorregir es mirar hacia el punto más lejano que veamos de la carretera, y en una curva hacia la salida de ésta. Pero, sin duda, lo mejor es realizar cursos de conducción segura donde enseñan a sacar el máximo provecho a las ayudas electrónicas del vehículo en situaciones de emergencia.

Cuándo quitar los controles en la nieve

Tranquilo no nos hemos olvidado, es cierto que hay situaciones en la nieve en las que hay que quitar los controles. La primera es cuando se montan cadenas en el eje motriz para avanzar por un tramo nevado o helado, pero sólo si el vehículo da muestras de funcionamiento erróneo.

Las cadenas de eslabones aumentan el diámetro de la rueda y ésta necesita menos vueltas para recorrer una distancia que las ruedas sin cadenas. Esto puede confundir al sistema que puede pensar que se está produciendo un deslizamiento, cortando la potencia del motor y aplicando freno a las ruedas. Si con las cadenas montadas no se producen funcionamientos erráticos, no es necesario desconectarlo. Por ejemplo, con las fundas para nieve no suele ser necesario.cadenas coche_0

El otro momento en el que sí se puede probar a quitar los controles de tracción y estabilidad sobre nieve es cuando con ellos conectados no se consigue superar un obstáculo, una rampa o iniciar la marcha. Si el coche no avanza con la electrónica puesta, a lo mejor dejando que las ruedas derrapen y escarben un poco se encuentra la suficiente adherencia para salir de la dificultad. La mayoría de las veces tampoco funciona, pero si se consigue, en cuanto el coche recupere la tracción y pueda circular hay que volver a conectar las ayudas.

Fuente: Motorpasión

Consejos para conducir en invierno

Cómo conducir seguros en invierno a través de diez consejos básicos en esta época del año, en la que se debe extremar el buen estado del vehículo, debido a la climatología adversa y la reducción de horas de luz, sin olvidar que los neumáticos son el único punto de contacto con la carretera.

1. Vigilar el estado de la calzada, ya que las duras condiciones meteorológicas dificultan la conducción, y su climatología cambiante puede acarrear diferentes peligros: aquaplaning, baja visibilidad, falta de tracción y pérdida de control.

2. Adecuar la conducción al estado de la calzada, ya que dependiendo si está seca, mojada, con nieve o hielo la distancia de frenado varía a igual velocidad.

3. Mantener siempre en carretera una distancia de seguridad mayor y siempre con las luces de posición, para aumentar la visibilidad del vehículo.problemas-conducir-noche

4. No utilizar luces largas con niebla, ya que pueden “rebotar” provocando una peor visión.

5. Con nieve, aprovechar las rodadas hechas por otros vehículos. En caso de ser demasiado profundas se deben evitar, ya que se corre el riesgo de dañar los bajos.

6. Extremar la precaución con hielo, ya que es difícil de detectar en carretera. Para ello, hay que prestar especial atención y aumentar la precaución en puentes o pasos elevados, calzadas cercanas a los ríos, túneles o zonas muy sombreadas, y en los arcenes y carriles izquierdos.

7. En las curvas, frenar y reducir la velocidad antes de comenzar a girar, ya que debido al efecto del peralte pueden aparecer también en su zona interior placas de hielo.

8. Revisar periódicamente el estado de los neumáticos. Son el único punto de contacto con la carretera y que su estado influye decisivamente sobre el comportamiento del automóvil. Presión y profundidad del dibujo son factores clave a tener en cuenta para contar con la absoluta garantía de que cumple correctamente sus funciones y mantiene perfectamente sus prestaciones.

neumaticos-invierno-59. Montar neumáticos de invierno si la temperatura de la zona suele ser inferior a 7º C.

10. Revisa el estado de batería, niveles de refrigerante, anticongelante y de limpiaparabrisas

¿Es importante realizar una revisión Pre-ITV?

La Inspección Técnica de Vehículos, más conocida como ITV, es un trámite obligatorio desde 2006 que deben pasar todos los automóviles. Una especie de examen obligatorio para todos los vehículos, aunque dependiendo de si se trata de un coche, de una motos o de un vehículos industrial, la periodicidad varia.

Así, por ejemplo, los coches y las motos nuevos tienen que empezar a pasarla a partir de los cuatro años desde su matriculación. A partir de esa fecha se deberá realizar cada dos años hasta que tenga el coche o moto, 10 años. Una vez cumplidos los 10 años la ITV se debe realizarse cada año.

Durante esta inspección los técnicos comprueban el estado de diferentes elementos y sistemas del coche que pueden afectar a la seguridad y a la contaminación. Si durante la inspección se detectan defectos leves en el coche, dispondrás de un periodo de dos meses para repararlos y volver a pasar la inspección, aunque estos defectos no te impedirán seguir circulando. Por el contrario, si los defectos son muy graves, no podrás abandonar la ITV circulando, si no en grúa, y hasta que no sean reparados no podrás volver a pasar la ITV.pre-itv

¿Qué revisan en una pre-ITV?

Es por ello que, antes de enfrentarte a la ITV conviene que realices una revisión pre-ITV en tu taller de confianza asociado a Atarvez, donde revisarán a fondo tu vehículo, con especial incidencia en los puntos más comunes en los que normalmente se falla en la prueba.

Así, el mecánico revisará la iluminación, comprobando el correcto funcionamiento de las luces de posición, las luces de carretera, los faros antiniebla y de los intermitentes. También se inspeccionará a fondo la carrocería del coche así como el acondicionamiento exterior. Recuerda que defectos graves en la carrocería son motivo de rechazo en la ITV.

En la pre-ITV también se revisará el estado actual de las ruedas así como su presión y desgaste. También se analizarán los frenos, los niveles, la suspensión, los ejes y las rótulas.gc-tra

Sanciones

Según informa la DGT, la Ley de Seguridad Vial detalla que las deficiencias en el mantenimiento de los vehículos pueden ser consideradas infracciones graves, sancionadas con 200 euros de multa,  o muy graves (500 euros de multa).  Además se podría inmovilizar el vehículo en el caso de deficiencias graves (frenos, neumáticos, suspensión…) hasta la reparación de las mismas y con la obligación posterior de someter el vehículo a comprobación en una estación ITV fija.

Igualmente, la sanción por circular con un vehículo sin haber pasado la ITV o por haber resultado desfavorable es de 200 euros y de 500€ por circular cuando la inspección resultó negativa.

Por todo ello conviene mantener el coche siempre en buen estado. Para ello, sólo tienes que confiar en los talleres de confianza asociados a Atarvez

Neumáticos de Invierno

 

Antes de nada  tres preguntas: ¿Sabes qué tipo de neumáticos lleva montado tu coche ahora mismo? ¿conoces los neumáticos de invierno? ¿te has planteado alguna vez montar este tipo de neumáticos?

Lo primero de debes conocer es que el neumático de invierno no solo es de nieve, sus características principales de agarre lo diferencian del común en que el agarre es mayor en temperaturas por debajo de 7ºC, además de un mejor agarre en mojado y un excelente agarre sobre nieve que exime de llevar cadenas.

Según lo que hayas respondido, este artículo podrá resultarte más o menos interesante o esclarecedor. La realidad es que en España los detalles de los neumáticos siguen siendo bastante desconocidos entre los conductores, y de hecho muchas veces no nos paramos a pensar en la importancia que tienen en nuestra seguridad mientras conducimos. De mi experiencia probando coches y neumáticos, por favor déjame que hoy te cuente varias cosas que aprendí sobre los neumáticos de invierno.

Para ser justos, y puesto que yo te lo pregunté antes, permíteme responder también a mí: llevo unos neumáticos de verano de todo uso (seco y mojado), de prestaciones intermedias, con una C en eficiencia energética y una A en adherencia sobre suelo mojado (si esto de las letras te suena a chino, entonces te recomiendo leer este otro artículo sobre el etiquetado europeo de los neumáticos).

Identificación neumático invierno
Identificación neumático invierno

Sobre si conozco los neumáticos de invierno diré que sí, y por eso estoy escribiendo hoy sobre ellos, pero debo reconocer que hace unos años prácticamente no tenía ni idea sobre ellos, y mucho menos me hubiera planteado montarlos en mi coche. Hasta que los he conocido en persona.

Neumático de invierno: más agarre con frío y lluvia

Esta es la clave del neumático de invierno. El neumático de invierno no es un neumático solo para la nieve, es un neumático para tiempo frío en general, y en particular para cuando además hay lluvia y nieve. La diferencia con un neumático de verano es que en esas condiciones da mucho más agarre, y por tanto aporta más seguridad a la conducción.

Esto de que da más agarre, o dicho de otra manera, que aporta más adherencia, significa que cuando un neumático de verano no da más de sí porque el pavimento está deslizante, porque hay mucha agua, porque hay nieve, o porque la temperatura es baja, el neumático de invierno sí da de sí.

El neumático es el único elemento de nuestro coche en contacto con el suelo, y ese contacto con el suelo lo es todo: a él debemos que el coche se mueva y vaya por donde queremos que vaya, y que se detenga cuando le decimos que se detenga.

Si el contacto con el suelo falla, si perdemos adherencia, si el agarre es insuficiente, entonces pasan cosas desagradables: el coche patina, o no puede salir del sitio, el coche desliza, derrapa y pierde la trayectoria (se nos va) y el coche no es capaz de frenar, o lo hace mucho peor (en más metros).

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Compuesto

Un neumático es un elemento elástico fabricado con un compuesto de goma (de caucho) bastante complejo. Para funcionar bien tiene que alcanzar cierta temperatura, que le permita tener la elasticidad óptima para agarrarse al suelo. Si no alcanza esa temperatura, no se agarrará lo suficiente.

Así que los elementos y proporciones de estos en el compuesto, varían la elasticidad del neumático y su temperatura óptima de funcionamiento, a la vez que se equilibra esto con el hecho de no degradarse en exceso y durar lo que tenga que durar.

Un neumático de verano utiliza un compuesto pensado para trabajar a temperaturas más bien altas, mientras que un neumático de invierno utiliza un compuesto pensado para trabajar a temperaturas bajas.

¿Qué le sucede a un neumático de verano en invierno? Pues que con una temperatura baja, el compuesto, la goma del neumático, no consigue la elasticidad necesaria para agarrarse adecuadamente al pavimento, y entonces es cuando patina y resbala.

Esto del compuesto es más fácil de entender si pensamos en la suela de los zapatos. Seguro que más de una vez os habéis percatado de que la suela de tal par de zapatos es algo más blanda y resbala menos, mientras que la suela de ese otro par de zapatos es más dura y resbala más. Pues algo así pasa con los neumáticos.

 

Flancos y dibujo

Pero además del compuesto de goma preparado para el frío, hay otros dos aspectos también muy importantes para mejorar el agarre de un neumático de invierno cuando hace frío, hay lluvia o nieve. La estructura del neumático, el diseño de los flancos (los laterales verticales del neumático), es ligeramente diferente con respecto a un neumático de verano, para que sea más elástico y haya algo más de superficie de contacto con el suelo, para que el neumático se agarre mejor al suelo.

Y lo mismo sucede con el dibujo del neumático. Hay más canales, que además son más profundos y anchos, para poder evacuar más agua, y tener más agarre sobre un pavimento mojado. Un neumático de invierno es más difícil que sufra aquaplaning cuando llueve.

Pero además el dibujo incluye unas rayas más pequeñas en los tacos, llamadas laminillas, que tienen otras dos funciones: aumentar la elasticidad y capacidad de deformación del neumático para agarrarse mejor al pavimento, y a la vez retener partículas finas de nieve y hielo que hacen que también se agarre mejor.

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El resultado: más seguridad en invierno

El resultado de todo esto es que el neumático de invierno nos da más seguridad cuando hace frío, hay lluvia o hay nieve. El neumático de invierno mejora el agarre, nos da más tracción, y reduce la distancia de frenado, con respecto al neumático de verano, ya esté el pavimento seco, esté muy mojado por la lluvia, o haya nieve.

La cuestión es que a temperaturas ambientes de unos 7 grados centígrados e inferiores, las prestaciones del neumático de verano se reducen, y su agarre empeora. Y aquí es donde el neumático de invierno es ideal. No tiene porqué haber nieve, conducir sobre un pavimento seco, pero frío, es más seguro con el neumático de invierno.

Yo los he probado en todas estas circunstancias y doy fe de sus ventajas.

– Sobre suelo seco, pero frío, el coche se agarra más y mejor. No debemos fiarnos porque la misma curva que pasamos a cierta velocidad con buen tiempo y sin frío, puede darnos un susto en invierno porque los neumáticos de verano pierdan adherencia por el frío.

– Sobre suelo mojado, de nuevo con frío, la diferencia se nota más, el coche se agarra mejor, las curvas se trazan con más seguridad, sin que el coche se nos vaya, y la distancia de frenado es menor.

– Sobre suelo nevado, la diferencia es ya enorme, tanto como no poder circular, o sí poder. Y no olvidemos una cosa importante: si llevamos neumáticos de invierno no hay que montar cadenas para la nieve (no son ni necesarias, ni obligatorias, porque el neumático ya permite que el coche se mueva con seguridad sobre la nieve, incluso mejor que con cadenas).

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Así que aunque España no sea un país muy frío, desde luego no como el centro y el norte de Europa, en la zona centro y norte de España, así como en las zonas de montaña, es recomendable usar neumáticos de invierno en la temporada fría del año, entre noviembre y marzo aproximadamente, ambos incluidos. Son una opción a tener en cuenta para conducir nuestro coche con más seguridad.

Lo normal, como hacen en otros países, sería tener dos juegos de neumáticos, con dos llantas, y poner y quitar las ruedas que toquen, según la época del año. Los neumáticos de invierno no deberían utilizarse en verano porque las temperaturas más altas (en general pasar de 15 grados) lo deterioran y hace que se gaste un poco más rápido.

Además a mayor temperatura empeoran algunas de las prestaciones de los neumáticos de invierno. Un estudio de ADAC mostró que un neumático de invierno nuevo, a temperaturas de verano, sobre suelo seco, necesita más distancia para frenar que un neumático de verano. Pero esto es lo mismo que le sucede a un neumático de verano cuando lo usamos en invierno con frío, algunas de sus prestaciones empeoran (necesita más metros para frenar que en verano con calor).

Aun así, hay que comentar dos inconvenientes de los neumáticos de invierno: son algo más caros que los neumáticos de verano, aproximadamente entre un 5 y un 10% más, y aumentan ligeramente el consumo del coche, no es mucho, del orden de una o dos décimas de litro a los cien kilómetros aproximadamente, (y depende del neumático de verano con el que se compare).

Recuerda que disponemos de una amplia oferta de precios que te permiten colocar estos neumáticos, además si quieres te podemos guardar los de «verano» sin coste alguno.

Que el invierno no te deje en casa

Diez consejos para elegir y cambiar los neumáticos del coche correctamente

El buen estado de los neumáticos es fundamental para asegurar un comportamiento seguro de nuestro coche, por lo que resulta imprescindible estar pendiente para realizar un correcto mantenimiento y tenerlos siempre a punto. A continuación, te ofrecemos diez consejos para que tomes las mejores decisiones y sepas qué pasos seguir a la hora de cambiar tus ruedas.

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1.- Correcto mantenimiento. Si no lo hiciste con los viejos, hazlo desde el principio con los nuevos. Te durarán más y sobre todo, rodarás más seguro. Hay que hacer un buen montaje con equilibrado y alineaciones correctos. Comprobar mensualmente la correcta presión de cada uno y vigilar el estado de las válvulas y sus tapones.

2.- Saber cuándo hay que cambiar uno, dos o los cuatro neumáticos. En caso de deterioros o pinchazo (hay algunos que no son reparables por los daños internos) nos lo indicará un profesional. Cuando el desgaste de cualquiera de ellos llegue al indicador de mínima profundidad del dibujo, o cuando éste se aproxime a 1,6 milímetros que es el límite legal fijado para circular y por lo que podremos ser multados si lo rebasa. También deberemos cambiarlos si presentan signos de envejecimiento o llevan montados diez años desde la fecha de su fabricación, que aparece en el flanco.

3.- Tener muy en cuenta qué tipo de neumáticos son los adecuados para nuestro automóvil y verificar que los que adquiramos cumplan con las especificaciones homologadas por el fabricante.La ley es taxativa al respecto y dice: «Los vehículos deben estar equipados con neumáticos de las dimensiones y características previstas por el fabricante en la homologación del vehículo, o sus equivalentes, según lo dispuesto en la reglamentación vigente que les sea de aplicación recogida en el anexo I.»

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4.- Al cambiar de neumáticos hay que asegurarse de que nuestro vehículo no tiene problemas de dirección o suspensión. Un incorrecto funcionamiento de estos elementos provocarán desgastes anómalos en la banda de rodadura.

5.- Si hay que cambiar solamente dos neumáticos, asegurarse de que los más nuevos vayan siempre montados en el tren trasero. Es donde se necesita mejor agarre para mantener el mejor control sobre el vehículo.

6.-Acudir siempre a un centro autorizado para realizar el cambio. La importancia de los neumáticos y su montaje en la seguridad del vehículo desaconsejan ser negligente en este aspecto.

7.- Evitar la gama más baja de neumáticos. Es mejor acudir a unos neumáticos de gama superior que, aunque sean más caros, aportarán mayor seguridad y en muchos casos serán más duraderos.

8.- Contemplar la posibilidad de montar neumáticos de baja fricción. A lo largo de los kilómetros ahorraremos mucho combustible y los amortizaremos rápidamente.Nuevos

9.- Elegir bien las prestaciones del neumático. Los hay especiales para climas húmedos, más seguros en lluvia, o de contacto para la nieve si vivimos en zonas de montaña.

10.- Asesorarse bien sobre los neumáticos que vayamos a comprar. Las propias marcas, los comparadores y los profesionales nos aportarán una información muy completa sobre las opciones, precios y prestaciones de cada modelo.