Invierno ¿Cómo llevamos nuestro equipaje?

Bien para escaparte a la pista de esquí, bien para hacer algo de turismo rural, cualquier excusa es buena para romper con la monotonía de la semana.

Y para que no tengas que renunciar a ninguno de tus hobbies, recordamos  las mejores opciones que tenemos para transportar nuestro equipaje.

Antes de nada: ¿no te basta con el maletero?

Es el primer recurso. Es el espacio propio del interior del coche dedicado para el transporte de los objetos personales de los ocupantes. Aunque como su propio nombre indica, generalmente están diseñados para guardar maletas, y poco más. Las capacidades pueden estar entre los escasos 100 litros de un compacto urbano hasta los casi 2.000 litros de un gran monovolumen.

En muchos modelos, se pueden ganar unos cuantos litros extra abatiendo los asientos traseros. Así que si viajas solo o en pareja, comprueba que tu coche lo permite y consigue así más espacio para tus pertenencias.

Lo más básico: baca o barras de techo

A menos que dispongamos de un vehículo con un maletero realmente grande, lo más normal si practicamos deportes de invierno (u otros como el surf o el ciclismo) es que tengamos que tirar de barras de techo o bacas (éstas últimas son las tradicionales transversales). Son el elemento fundamental para utilizar otros accesorios de trasporte como portaesquíes o portabicicletas, así como si queremos llevar equipaje adicional, bien al aire o en un cofre.

Antes de adquirir cualquier tipo de barra y kit de instalación, debemos tener en cuenta qué tipo de techo tiene nuestro coche, pues dependiendo de la marca, modelo y versión podemos encontrarnos con railings, puntos de fijación, perfiles en T… Lo mejor en estos casos en consultar directamente con el vendedor.

Ten en cuenta que tanto las propias barras como por supuesto llevar equipaje en ellas afecta a la aerodinámica de nuestro coche y aumenta el consumo de combustible. Además existen unas reglas de circulación muy específicas: que los objetos vayan bien sujetos y no vayan sueltos o arrastrándose, que no sobresalgan a lo largo y a lo ancho de las dimensiones del vehículo, señalizarlo en caso contrario…

Cofres o baúles de techo

The functional roof box for all your needs.

Los más viajeros optarán por un cofre de techo, que nos podrán dar una capacidad de almacenaje extra de entre 300 y más de 600 litros y un máximo de 70 kilos, según modelo. Nuevamente lo mejor es consultar con un profesional en base a las características de nuestro vehículo y a nuestras propias necesidades, pues además podemos usar un baúl para guardar nuestros esquíes o combinarlo con otras opciones de transporte como un portabicicletas.

También podemos escoger entre cofres de lona, más fáciles de guardar pero más ruidosos, y los rígidos, más caros pero con mejor aerodinámica

Al igual que con el tema de la baca, aunque no existe en general límite de velocidad para circular con ellos, sí contamos con ciertas premisas que debemos seguir cuando viajamos con un cofre en el techo: ser prudentes con la velocidad, repartir bien el peso, anticiparte en las frenadas…

Cómo llevar nuestros esquíes y tablas de snowboard

 

Si somos practicantes habituales de deportes de invierno, lo más normal es que usemos portaesquíes para transportar nuestro equipo. Y en este caso contamos con más opciones para su transporte.

Lo más tradicional es usar un portaesquíes de techo acoplado a las barras o a la baca que ya llevamos en nuestro vehículo. Los podemos encontrar de diferentes materiales y con distintas formas de cierre, y con tamaños para tan sólo un par de esquíes o para varios pares si viajamos acompañados.

Una opción más cómoda, y preferente si no contamos con barras, son los portaesquíes magnéticos, que se acoplan directamente al techo de nuestro coche. En este caso tenemos que tener en cuenta que existen modelos con diferentes niveles de adherencia, y por tanto, con diferentes velocidades máximas recomendadas por los fabricantes (generalmente, desde 90 km/h).

También existen portaesquíes acoplables a la bola de remolque o a la rueda de repuesto trasera de los vehículos que lo monten (generalmente los 4×4 y SUV). Con ellos, podemos transportar varios pares de esquíes o tablas en posición vertical en la parte posterior de nuestro coche, por lo que el rozamiento con el aire será mucho menor y por lo tanto el consumo de combustible.

¿Y si queremos llevar nuestra bicicleta?

 

En caso de que queramos llevar con nosotros nuestra bicicleta (o incluso varias) también contamos con varias opciones. Lo más sencillo podría ser llevarla en el maletero, si contamos con uno con el espacio suficiente. Podemos elegir entre guardarla con las ruedas desmontadas o llevarlas sin desmontar abatiendo los asientos traseros, si la configuración de nuestro coche nos lo permite. En este caso, recuerda siempre llevar la bicicleta bien sujeta con cinchas, pues aunque la normativa no es clara en cuanto a sanciones, sí puede golpearnos con fuerza en caso de accidente.

Al igual que los esquíes, también podemos optar por llevar nuestra bicicleta en el techo. Existen diversos modelos de portabicicletas que se acoplan a las barras, aunque por lo general consisten en llevarlas de pie y sujetas tanto por el cuadro para que vayan bien firme, como por las ruedas para que no basculen. Por otro lado, aunque obviamente no podemos llevar una bicicleta guardada en un cofre, sí existen modelos de éstos que permiten espacio para llevar ambas cosas.

Por último, también podemos encontrar soluciones para llevar nuestra bicicleta en la parte trasera. Además de los que se acoplan a la bola del remolque o a la rueda de repuesto trasera, para aquellos vehículos que no cuentan con alguna de estas cosas también podemos contar con portabicicletas de portón que aprovechan el propio cierre de nuestro maletero. Es una de las opciones más cómodas y económicas, pero tendrás que tener en cuenta las consideraciones obvias de seguridad: no sobrepasar el ancho de nuestro vehículo, no tapar las luces ni la matrícula, etc.

La última solución: remolques

 

Es la opción más drástica, y obligatoria si realmente tenemos necesidades mayores de transporte (un animal de gran tamaño, una barca o incluso otro vehículo). Ten en cuenta que incluso con los modelos más pequeños, tipo carretilla abierta, cambian las reglas del juego totalmente, pues ya hemos pasado a dirigir un conjunto de vehículos: podremos tener que pasar la ITV, respetar una velocidad máxima de 80 km/h en autovía y 70 km/h en carreteras convencionales, e incluso obtener un permiso de conducir superior si superamos los 750 kilos de peso.

Es una opción que deberíamos evitar si podemos, aunque si realmente tenemos la necesidad de usar uno tampoco debería suponernos un mayor problema que planificarlo con mayor antelación. Una solución intermedia muy práctica es contar con un cofre trasero acoplado a la bola, que aunque más limitado de espacio, da más libertad pues no se considera remolque.

Bola extra: ¿y si tenemos mascota?

Lo primero que debemos tener claro es que nuestra mascota no es una mercancía que podemos transportar de cualquier manera, sino un miembro más de nuestra familia, con sus propias necesidades. Aunque obviamente no podemos llevarlo atado a un cinturón de seguridad sin más, como una persona adulta.

La forma de transportar un animal en nuestro coche depende principalmente de su tipología (si es un pájaro, irá obviamente en su jaula) pero también de su tamaño. De forma muy básica podemos decir que los gatos y los perros de pequeño tamaño deberán ir en un transportín, colocados en el suelo de los asientos traseros.

si nuestro can es de mayor tamaño, podemos optar por llevarlo en la parte trasera bien sujeto con arneses especiales al cinturón de seguridad; o en el maletero si éste es abierto (nunca jamás si es cerrado), separado con rejas o redes de la zona de los pasajeros y si es posible, también de las propias maletas.

En general, debemos conocer bien las reglas para viajar con nuestra mascota, pero también usar nuestro sentido común: nuestra mascota debe ir bien sujeta, pero también bien segura para que, en caso de cualquier eventualidad, sufra el menor daño posible.